lunes, 8 de febrero de 2016

MARATÓN DE MIAMI 24/01/2016

Toca afrontar un nuevo reto, la tercera maratón que corría en Estados unidos, tras las dos increíbles experiencias vividas en 2009 en Nueva York y en 2014 en Boston. En esta ocasión la ciudad elegida no es otra que la estravagante Miami. El sábado 23 vamos a recoger el dorsal a un pabellón ubicado en la zona de la pequeña Haití. La típica feria del corredor con numerosos stands y poco más, así que cojo el dorsal y sin más tiempo que perder regresamos a Miami beach en uno de los buses gratuitos que ha puesto la organización.


El Domingo 25 toca madrugar más de lo normal, la salida del maratón está prevista para las 6 de la mañana, así que a las 4 ya estaba cogiendo un taxi, la salida está ubicada en el American Airlines Arena, campo en el que juegan los Miami Heat y como está previsto que corten la circulación por el puente que une Miami Beach con el Dowm Town decido ser precavido e ir con tiempo. Poco después de las 4 ya me encontraba en el lugar de la salida, por desgracia el clima me sorprende y la que parecía que iba a ser otra maratón con calor y altas temperaturas, similar a la vivida el agosto pasado en Camboya, va a ser todo lo contrario. A pesar de que fui previsor y llevé una camiseta y una sudadera con capucha vieja para tirar, el frío que hacía era insoportable, no sé qué temperatura había pero la sensación era de estar bajo cero. Soplaba un fuerte viento helador, que más que en Miami parecía que nos encontrábamos en la Patagonia y no había donde resguardarse, por lo que me pasé casi dos horas resguardado tras una columna, mientras muchos de los corredores utilizaban los baños portátiles como refugio. Cuando llega la hora de la salida estoy casi al borde de la hipotermia.  Por fín y tras escuchar el típico canto del himno nacional se da el pistoletazo de salida. Es de noche, hay bastante gente, en torno a 25.000 personas, aunque la inmensa mayoría corren la media maratón. Los primeros kilómetros transcurren por el puente Macarthur, donde pega un fuerte viento de cara, pasamos por Miami Beach, aunque a estas horas no se ve ni un alma animando, regresamos por el mismo puente hacia el Down town. A pesar de llevar ya bastante tiempo corriendo no entro en calor y tengo que hacer 3 paradas ´técnicas  en boxes como consecuencia del frío. Una vez llegamos a la media maratón finalizan casi todos los corredores y somos pocos los que continuamos a por los 42.195 metros.
Comienza a salir el sol pasadas las 8 de la mañana, mientras va transcurriendo la carrera casi siempre por calles desiertas en las que la animación brilla por su ausencia, nada que ver con lo vivido en las dos experiencias anteriores en este país. Sigo con sensaciones raras durante toda la carrera, sin entrar en calor, a pesar de que hay avituallamientos cada poco kilómetros apenas bebo, únicamente algún pequeño sorbo para tomar los geles. El final del maratón nos deparaba otra sorpresa, trascurre por el puente Rickenbacker, donde para no variar sopla un fuerte viento de cara. Por fin llego a meta donde tampoco hay demasiada animación y todavía muerto de frío con un tiempo más que digno para las circunstancias que han rodeado la carrera, 3,26, en el puesto 249 de más de 3000 llegados.Poco más que contar de este maratón que no quedará en mi recuerdo como uno de los mejores que he corrido.