jueves, 29 de mayo de 2014

GOOD MORNING VIETNAM!!!



Domingo 6 de Agosto de 2006 (Bilbao-Londres-Bangkok)

Por fin llega el día que tan ansiosamente hemos estado esperando. Después de un largo año de preparativos leyendo guias y mirando mapas con ciudades que sonaban a chino y nunca mejor dicho, nos disponemos a vivir un apasionante viaje plagado de aventuras. Esta vez decidimos dar un paso más y conocer un nuevo continente, una nueva raza y en definitiva un mundo totalmente diferente a todo lo que hemos conocido hasta ahora.


Cogemos un vuelo Bilbao-Londres a donde llegamos sobre las 10:30 h, Como las maletas ya las hemos facturado hasta Bangkok aprovechamos para dar una vuelta por los lugares más típicos de Londres y por supuesto tomar una pinta en uno de los típicos pubs de Covent Garden. Tras la rápida visita a la ciudad regresamos al aeropuerto de Heathrow de donde parte nuestro avión a las 22.00h con rumbo a Bangkok. La pateada por Londres ha hecho efecto y no  tardamos en quedarnos dormidos, todos menos Ana y Toño que se pasan todo el vuelo de pirrilera y vomitona, mientras el resto de la expedición dormíamos tan plácidamente sin enterarnos de nada. Tras 11 horas de vuelo llegamos a Bangkok a las 16:00h (cinco horas menos que en España).


Lunes 7 de Agosto de 2006 (Bangkok)

Cogemos un taxi que nos lleva hasta el hotel Maruay garden, que habíamos reservado previamente por internet y se encuentra próximo al aeropuerto.http://maruaygardenhotel.com/ (10$ por persona con desayuno incluido). El hotel está muy bien, yo diría que demasiado lujo para lo que acostumbramos. Nos damos una ducha rápida, dejamos a la pareja desfallecida en su habitación reposando y el resto de la expedición nos vamos a dar una vuelta por los alrededores del hotel. Todo nos llama la atención, es totalmente diferente a Europa. Está lleno de puestos ambulantes de comida, cada uno de los cuales desprende un tufo a comida más fuerte que el anterior. Por más que lo intentamos no encontramos ni un solo bar o algo parecido para tomar una birra. Compramos algo de fruta para llevar a los convalecientes en un supermercado y allí nos hacen por primera vez la reverencia los dependientes, como si fuésemos de la nobleza y eso que con las pintas que llevamos es evidente que lo que se dice de la nobleza precisamente no parecemos. Regresamos al hotel y nos tomamos la primera birra Tailandesa  para seguir con nuestra cata internacional de birras, no es que sea por placer, es un trabajo en el cual nos estamos volcando con la mayor profesionalidad, para hacer una guía mundial lo más rigurosa posible sobre el apasionante mundo de la cerveza.  La cerveza sabe parecido a las nuestras (acompañada de unas exquisitas tapas), pero el servicio es un poco mejor de lo habitual. Tenemos a tres camareros pendientes  de nosotros, cualquier movimiento un poco brusco es correspondido con una mirada por parte de los camareros a la espera de cualquier orden, nos tratan como auténticos reyes y por supuesto aquí también siguen haciéndonos reverencias. Creo que este continente nos va a gustar, saben como tratar a los expedicionarios. Después de la birra vamos a cenar al restaurante del hotel. Aunque la cena es buffet, como nos ven con tanta clase, no nos dejan levantarnos a coger nada y nos traen todo a la mesa. Tenemos a todos los camareros del restaurante a nuestra disposición que nos sirven y nos van explicando que es cada plato. Incluso el rubio vive un momento romántico con uno de los camareros, cuando este le pone la servilleta encima de las rodillas de una manera muy melosa (el rubio estuvo un poco tímido y la cosa no llegó a más). Comemos de todo Seafood, pato, pescado frito, sopa, dulces, etc.  Nos ponemos hasta las patas por 1.150 Baht (6€ cada uno) y encima con música en directo al piano y una pareja estilo Pimpinela al estilo tailandés a los cuales nadie hacía mucho caso. Después de la copiosa comida nos vamos a la habitación, ya tenemos ganas de coger una cama.

Martes 8 de Agosto de 2006 (Bangkok-Hanoi)

Nos levantamos a las 5:00, con el tema del cambio horario ya llevaba dos horas despierto deseando que llegase la hora de levantarnos. Bajamos a desayunar el buffet del hotel y a las 6:00 viene a buscarnos un taxi para llevarnos al aeropuerto. La pareja lejos de mejorar parece que va a peor, pero no les queda más remedio que aguantar hasta llegar  a Hanoi. El avión sale a las 9 y tras una hora y media de vuelo aterrizamos en tierras  vietnamitas. En Hanoi está lloviendo pero hace calor. En el aeropuerto nos piden 35$ por llevarnos al hotel, así que salimos a los taxis de la calle y por 10$ (previo acuerdo) nos llevan, eso sí, primero intentan engañarnos llevándonos a otro hotel que no era el nuestro, pero como ya lo teníamos reservado no le quedó más remedio que llevarnos al nuestro. El hotel se llama Thang long opera y está muy bien.http://www.thanglongopera.vn/  Nos instalamos y bajamos a tomar una birra al bar del hotel 10.000 dong (20.000 dong=1€) mientras esperamos a que nos devuelvan el pasaporte nuestras amigas de recepción. Aquí el rubio se emociona y da una palmadita de las suyas, pero no se da cuenta que ese gesto en este país trae unas consecuencias inmediatas, automáticamente se presenta el camarero para ver que necesitamos y claro explícale al vietnamita que no queremos nada, que simplemente ha sido un gesto de los que hace el rubito cuando se emociona y que habitualmente lo acompaña con una pirueta estilo Bisbal.

Una vez nos dan los pasaportes nos vamos al Banco Nacional de Vietnam a cambiar dinero. Aquí vivimos unos momentos muy cómicos. Pusimos 100€ cada uno de bote y lo cambiamos a dongs. Claro que nos nos dimos cuenta de la importancia de la operación y casi dejamos en bancarrota la economía nacional. Nada más y nada menos que sacamos unos 16 millones de dongs, la escena no tiene desperdicio. Parecíamos unos chorizos de medio pelo, dando el palo en una sucursal bancaria. Todos contando fajos de billetes, haciendo montoncitos y guardándolos en los bolsillos, no había bolsillos para tanto billete. Parecíamos Cachuli y compañía en la famosa operación Malaya de Marbella. Salimos del banco más anchos que un ocho, como su fuésemos nuevos ricos, ni siquiera jugando al Monopoly hemos tenido tanto dinero junto. Sin tiempo que perder cogemos un taxi (será por dinero) y nos vamos a la estación de tren. Habíamos pensado en sacar los billetes de tren  para ir a Sa Pa, pero ya no quedan billetes con litera. En vista de lo cual decidimos coger ya los billetes para Hue y buscar en otro sitio la forma de ir hasta Sa Pa. Una vez sacados los billetes para Hue  vamos a una agencia que nos había recomendado Juantxo (un viajero al que conocimos el año pasado en Costa Rica). Así que allí vamos a probar suerte al Darling Café, que así se llama la agencia.  Tras muchos esfuerzos conseguimos cuadrar las fechas de excursiones con los billetes de Hue, etc., cosa nada fácil, y a esto tenemos que añadir que tenemos de baja temporalmente al intérprete oficial de la expedición, por lo que Carlos y yo tenemos que estrujar nuestro cerebro para hacernos entender en inglés bananero con un vietnamita que no domina el idioma mucho más que nosotros, eso sí, hay que decir que tuvimos que recurrir al viejo truco (unas cuantas birras) para lograr que fluyesen las palabras en el idioma de Shakespeare. La cosa funcionó y como estábamos crecidos decidimos coger también la excursión a la bahía del Ha-Long . La excursión a Sa Pa de 3 días nos cuesta 65$ y la del Ha-Long 26$.

Turistas despistados en busca de algo por lo que regatear
Tras las exitosas gestiones decidimos dar una vuelta por Hanoi y empezamos a familiarizarnos con el caos circulatorio . Le vamos cogiendo el pulso al tema del regateo y realizamos nuestras primeras compras. Por unos 20$ compramos unas mochilas bastante chulas (teóricamente North Face). Regresamos al hotel y visitamos a los enfermos que parece tienen una leve mejoría. Dejamos a los convalecientes en su habitación y nos vamos a cenar. Por tratarse del primer día nos mostramos un poco precavidos y pasamos de los chiringuitos de la calle, no queremos tentar a la suerte, con dos expedicionarios enfermos ya tenemos bastante. Así que vamos a lo seguro y cenamos en un céntrico restaurante típico para turistas. Comemos Pork, chicken y unas birras por 300.000 dong (15€) y eso que este es un bar de los caros. En este restaurante  a Carlos tardan un poco en servirle y para cuando le traen su comida  los demás ya hemos terminado, parece que se les ha pegado algo de sus colegas comunistas y el servicio lleva ritmo caribeño. Después de cenar regresamos al hotel dando un paseo y nos acostamos pasado a las 22.00h. 

Miércoles 09 de Agosto de 2006 (Hanoi)


Nos levantamos sobre las 8.00h, la noche ha sido movida y no hemos dormido mucho, bueno Agus y el Rubio si. Por la noche Toño y Ana se han encontrado bastante mal y hemos tenido que llamar al médico. Finalmente ha venido un médico con una intérprete a la habitación y tras una breve exploración se los llevan a una clínica para hacerles una serie de pruebas y cortarles la pirrilera.  Después de la ajetreada noche bajamos a desayunar el buffet del hotel que está bastante bien.  Tras el desayuno cogemos las mochilas y nos mudamos a otro hotel al lado del anterior, ya que en este está todo reservado para hoy. El nuevo hotel se llama hong ha y está aun mejor que el anterior. Regateando un poco nos han dejado la habitación en 15$ cada uno con desayuno. Dejamos las mochilas en recepción  nos vamos a dar un voltio por Hanoi. Entramos en el museo de guerra, que está cerca. No es gran cosa pero como es gratis y tiene aire acondicionado, que con el calor tan sofocante que hace en esta ciudad se agradece bastante. Así que aprovechamos para echar un vistazo. Nos tomamos una Bia Ahoy (o algo así), es una cerveza de caña que hacen ellos mismos, es muy suave y aun más barata que la otra 4000 dong (20 céntimos).


 Seguimos flipando con el caos circulatorio de la ciudad. Podría pasarme horas solo mirando como circulan con total anarquía, sin ninguna norma que valga. No existen cedas el paso, ni direcciones prohibidas, ni semáforos , los intermitentes están de adorno, etc. Es increíble, un auténtico espectáculo y milagrosamente nunca pasa nada, aunque siempre parezca que se van a dar.... al final uyyyy (no hay torta). Cruzar por los pasos de cebra es jugarse la vida, bueno en realidad da lo mismo cruzar por el paso de cebra o por cualquier otro sitio, ya que hacen el mismo caso. Poco a poco le vamos cogiendo el truco y hemos llegado a la conclusión de que para cruzar solo hace falta echarle huevos y cruzar y a ser posible sin mirar, porque como todos van a su bola, al final no sabes como pero ellos te esquivan. Y por si todo esto fuese poco y para darle un aspecto mas caótico al tema, los cientos de motos, coches (pocos), bicis o cualquier otro tipo de vehículo raro, circulan todos tocando el claxon. Es como si fuese una competición a ver quien mete más ruido y de verdad que consiguen darle un ambiente a la ciudad impresionante, tendríamos que probar en Bilbao quedaría muy bonito. Seguimos atónitos viendo como pasan por delante motos con 5 personas, ciclomotores enclenques que llevan encima unos cargamentos gigantescos apilados a la espalda del conductor, que los sujeta con una mano mientras conduce con la otra sin parar de esquivar vehículos y personas, son unos auténticos malabaristas.


 Continuamos paseando por la ciudad y vamos al puente que cruza el rio, desde allí las vistas son muy bonitas. Sacamos unas cuantas fotos y regresamos al hotel. Nos hacen esperar un poco pero finalmente conseguimos instalarnos.  Dejamos las mochilas en el hotel y nos vamos al ver el mausoleo que está al lado del lago (3000 dong la entrada). Después nos recorremos toda la parte vieja de la ciudad y por supuesto hacemos algunas compras. Al rubio le entra la vena compulsiva y no para de comprar camisetas. Algunas cosas son tan baratas que casi ni regateamos, aunque no es lo mismo, es más emocionante comprar con regateo, aunque te engañe el vendedor, siempre te vas con la sensación de que has negociado duro. Después de tanta actividad vamos a tomar un refrigerio. Agus empieza a tener sofocos y no es cuestión de sufrir más bajas. Regresamos al hotel. Ana y Toño ya han regresado de la clínica y están mucho mejor y la cosa está controlada, pero tendrán que estar unos días con medicación. Están encantados con el trato recibido en la clínica, lo cual nos tranquiliza bastante, ya que por lo menos sabemos que si hiciera falta tenemos médicos parecidos a los de nuestro país.  Descansamos un rato en la habitación y salimos a dar una vuelta. Agus no se encuentra muy bien y se queda en la habitación, la cosa se pone fea, ya tenemos 3 bajas. Nos tomamos una Hanoi beer en una terraza de la clase guay vietnamita, no hay ni un solo guiri. Después nos vamos a cenar a un restaurante, en el que habíamos estado tomando una birra por la mañana y teníamos fichado, ya nos conocen los dueños, somos los únicos que no tenemos los ojos rasgados. Ya nos sacan las birras sin preguntar, como si fuésemos del barrio. Este restaurante es de los que frecuentan habitualmente los vietnamitas. Poco a poco vamos cogiendo confianza  y nos vamos integrando en su ambiente. comemos algo de todo, incluso probamos carne de perro, todo ello regado con abundante birra, que hace mucho calor y no queremos deshidratarnos. Este bar está tan poco habituado a los guiris que le pedimos unos tenedores para poder comer el arroz y solo tenía uno, así que no nos queda más remedio que apañarnos como podemos  con los palitos, eso si, utilizando el truco de la goma. Después de comer vamos al hotel y hacemos la ronda de reconocimiento a los enfermos, como si fuésemos el médico de guardia. A Agus le diagnosticamos cuentitis y le damos el alta forzosa, por lo que es obligado a abandonar la habitación y venir con nosotros a tomar unas birras.

Que profesional!! Torrente le tendría en su equipo
 Encontramos un bar muy chulo cerca del hotel, se llama new windows garden, es bastante grande, tiene una terraza amplia con música, es otro local que también solo frecuentan gente vietnamita aunque de clase más pudiente. Allí estamos muy a gusto y nos tomamos unas cuantas birras mientras charlamos tranquilamente.  A las doce nos vamos al hotel. Desde la ventana del hotel nos echamos unas risas viendo como un policía esta en medio de la carretera sentado, echando una partida a un juego parecido a las damas con otro tío como si fuese lo más normal del mundo, eso es estar alerta!!.


Jueves 10 de Agosto de 2006 (Hanoi)


Nos levantamos con la caraja y un poco de resaquilla y cuando bajamos a desayunar son las 9 y justo acaba de cerrarse el comedor, así que vamos a desayunar al bar de al lado. Aunque Toño y Ana van mejorando todavía están muy débiles y no están para salir del hotel y mucho menos en esta ciudad en la que hace un calor sofocante y con mucha humedad, que nos cansa hasta a los que estamos bien. Después del desayuno hacemos el Check out, dejamos todas las mochilas en la habitación de Toño y Ana y nos vamos a dar una vuelta por la ciudad. Seguimos haciendo nuestras compras de rigor, es imposible no sucumbir a la tentación. Tomamos un refrigerio en una terraza céntrica al lado del lago para descansar un poco . Luego vamos a un ciber y nos conectamos a internet (2000 dong=1 hora=10 céntimos) y reservamos el hotel para Hue. Vamos a comer unas pizzas a un restaurante céntrico. Después de comer se nos ocurre la brillante idea de ir a dar una vuelta por el mercado, el olor es un poco fuerte y Agus está apunto de echar las potas. Sigue haciendo el mismo calor insoportable y pegajoso de siempre. Compramos unos plátanos, que por supuesto tienes que regatear ya que sino te timan.
Un día cualquiera en una carretera de Hanoi
 He de decir que esta tarde he tenido bastante éxito y he conseguido ligar con un vietnamita, que sin cortarse ni un pelo (nunca mejor dicho) y aprovechando que estábamos parados disfrutando del caos circulatorio de la ciudad, no deja de sobarme los brazos, con mucha ternura y con una cara de mariposón que no se podía aguantar. Ya me estaba empezando a poner un poco nervioso ante la falta de costumbre de recibir tanto cariño, pero mis compañeros de expedición me hicieron volver a la cruda realidad al darse cuenta de que no era yo el que le estaba cautivando sino mis velludos brazos, tan poco habituales por tierras asiáticas.

En Vietnam no se llevan las bolsas...
Tras la excitante experiencia vamos al hotel a hacer una nueva visita a los enfermos. La cosa parece que va mejorando así que les dejamos en su nidito de amor, aunque más bien parece un zulo en el que están secuestrados y nos vamos a cenar. Esta vez nos la jugamos y cenmos en un típico chiringuito vietnamita a pie de calle, Agus y yo no tenemos mucha hambre pero el rubio y Carlos se ponen las botas y comen de todo lo que hay, aunque la verdad es que no sabemos ni lo que es , que así tiene más emoción. La cena con sus birras correspondientes nos sale por 6€ todo. Después de cenar vamos a darles las buenas noches a la pareja de convalecientes, cogemos nuestras mochilas y nos despedimos de ellos hasta dentro de unos días, ya más tranquilos viendo que se encontraban mejor. Antes de irnos tomamos la última birra en el Windows garden y nos vamos. A la hora acordada llega un chaval de la agencia en una moto y tras el un taxi que nos lleva hasta la estación de tren.  El chaval nos acompaña hasta que nos instalamos en el tren. Nos toca un compartimento con 6 literas. Dejamos ponerse en las literas de abajo a una pareja de holandeses, en las dos del medio se ponen el rubio y Agus y en las dos de arriba nos ponemos Carlos y yo para que no sufran mucho los dos tiquis miquis, además dudamos de que el rubio pudiese subir sin ayuda de una polea. Una vez instalados todos con mochilas incluidas (cosa no muy sencilla), sale el tren a la hora prevista (21:30 h). La verdad es que el tren está bastante mejor de lo que pensábamos, incluso tiene una especie de aire acondicionado que ayuda a paliar un poco este calor tan sofocante , eso si, el aire sale directo al flequillo (sobre todo al mío).  Al rato de trayecto cerramos la puerta del compartimento, nos metemos cada uno en nuestra litera e intentamos pasar la noche de la mejor manera posible, incluso si se puede hasta durmiendo. Como me es imposible conciliar el sueño, para distraerme decido medir la distancia que separa mi cabeza del techo y no me resulta muy complicado, por un lado estoy a 4 dedos de un foco, pero por el otro estoy ya mucho mejor, por lo menos tengo 6 dedos hasta el techo. Con este lugar tan confortable dormirse es misión imposible, ya que aunque intento hacer ligeros movimientos, nada bruscos, cada vez que me muevo me doy un cabezazo con algo y estoy empezando a notar que la cabeza se me está poniendo cuadrada con tanto golpe, así que desisto y decido dejar pasar las horas mirando a las musarañas y dando rienda suelta a la imaginación... Cada vez que para el tren se oyen portazos y a vietnamitas hablando con tono de enfadados, como en las pelis, parecía que en cualquier comento iban a abrir la puerta del compartimento los vietcong y nos iban a bajar a la fuerza del tren para llevarnos prisioneros a algún lugar en medio de la selva... El resto de la expedición ha tenido más suerte y han podido dormir algo.

Viernes 11 de Agosto de 2006 (Lao Cai- Sa Pa)

Llegamos a Lao Cai a las 6:30 h. un poco cansados. Allí hay una persona esperándonos que nos recoge. Es todo un poco caótico y la organización brilla por su ausencia, pero finalmente junto a otros mochileros nos llevan a un local cercano a la estación, donde el que quiere puede desayunar algo. Allí vienen a recogernos unos autobuses , pero la organización sigue en la misma linea y a pesar de que parece que todo tenía que estar previsto, sabiendo de antemano las personas que llegábamos tendría que haber las mismas plazas de autobuses, pero no, aquí parece que todo es improvisación y hay que andar listo para subirse en el primer bus que aparece y evitar seguir esperando. Nos ubicamos como podemos en el bus (Agus se tiene que sentar de copiloto) y salimos hacia Sa Pa. Hay unos 40 Kms. que transcurren por una carretera de montaña con muchas curvas . El conductor como no podía ser de otra manera, es de la auténtica escuela vietnamita y conduce a lo suicida. Con la carraca de autobús, adelantando mientras vamos subiendo por una "carretera" estrecha y en plena curva, sin visibilidad, como mandan los manuales de conducción. Agus ya estaba acojonadito y le estaba cambiando el color de la cara y no me extraña porque si desde la parte de atrás del bus ya metía miedo, verlo en primera linea tiene que imponer lo suyo.

Desde nuestra habitación podíamos disfrutar de magníficas vistas como estas
 Llegamos a Sa Pa según lo previsto, sobre las 8:30 h. Sa Pa es una pequeña ciudad, yo más bien diría pueblo, situada a 1600 metros de altitud en las verdes montañas de la parte norte del país, muy cerca de su frontera con China. Allí nos está esperando un chaval, se llama Nu  (o algo así). Nos dan de desayunar (incluido en la excursión) y nos explica por encima el planing para los dos días, todo en inglés claro, así que hay cosas que pillamos y otras que nos las imaginamos, que no tenemos el cuerpo para muchos esfuerzos después de la noche toledana... y total Agus y el rubio se lo creen todo, porque la cara que ponemos es de enterarnos de todo. Tras el desayuno y la charla el guía nos acompaña al hotel. El hotel está bastante bien, tiene habitaciones grandes y con unas vistas preciosas hacia las montañas. Nos instalamos, nos damos una duchita que ya iba haciendo falta y luego nos vamos a dar una pequeña vuelta por el pueblo. .  Debido a nuestros problemas con el idioma hemos tenido un pequeño mal entendido y en lugar de acudir a la cita a las 14:00 h, vamos a las 12h. La verdad es que nuestro nivel de inglés no es que sea muy bueno pero tanto como para entender las horas ya nos da. El problema es que si a nuestro nivel de inglés le unes el del guía con acento vietnamita el resultado es inevitable... finalmente y tras despertar de la siesta a nuestro guía nos conseguimos enterar del desajuste horario. Así que le dejamos ir a dormir otro rato y nosotros nos vamos a comer (incluido). Después de comer damos un paseo por el pueblo y acudimos a la cita a la hora prevista. Salimos a hacer un pequeño trekking  por las montañas de alrededor del pueblo.

Niño utilizando el medio de transporte local
 Visitamos las aldeas donde viven los campesinos de la zona. Siguen viviendo de una forma muy precaria. La luz ha llegado a sus chozas hace dos o tres años, pero solo tienen una bombilla, no más. Duermen en una especie de "cama", un montón de personas en cada una. Solo viendo estas chozas te imaginas el frío que tienen que pasar en invierno, aquí en medio de las montañas y en una choza en la que entra el agua y el frío por todos los lados. Vemos como tiñen sus ropas con sus propios cultivos, como las tejen, etc.  todo de una manera muy rudimentaria. Continúan viviendo de una forma muy similar a la de hace años, aunque por otro lado poco a poco están cambiando, ya que gracias a la llegada del turismo se empiezan a dedicar a vender a los turistas las prendas y objetos que ellos mismos confeccionan artesanalmente. Aunque siguen viviendo de manera muy precaria, inevitablemente esto les hará cambiar su vida.

El trekking es bastante light, cosa que aprovecha el rubio para hacer una exhibición y en un alarde de facultades, se marcha como un poseso cuesta arriba como si de repente le hubiesen quitado 20 kg. de encima. Supongo que le pasará factura más adelante y luego tendremos que padecer todos sus excesos de euforia. El resto de la expedición subimos tranquilamente, hablando lo que podemos con nuestro guía y viendo los cultivos de marihuana que hay plantados a ambos lados de la carretera, junto a los arrozales. Regresamos al pueblo sobre las 18.00h. Tomamos una birra fresquita para calmar la sed y damos una vuelta por el pueblo. Después vamos a cenar (incluido). Mientras estamos cenando se pone a diluviar e incluso se marcha la luz en un par de ocasiones debido a la tormenta. Llueve tanto que no podemos ni salir del restaurante, así que tomamos un par de cervezas y salimos corriendo como podemos hasta nuestra habitación que está justo enfrente. Nos acostamos pronto, sobre las 22.00h, el día ha sido duro y ya tenemos ganas de coger una cama.


Sábado 12 de Agosto de 2006 (Sa Pa)




Nos Levantamos a las 6:45h. A pesar de estar bastante cansados no hemos dormido demasiado bien., como de costumbre. Dejamos las mochilas en recepción y vamos a desayunar (incluido). Tras el desayuno viene a buscarnos nuestro guía a la hora acordada (las 9h), esta vez no ha habido malos entendidos. Salimos a hacer un trekking, en esta ocasión es un poco más largo que el de ayer a la tarde. El paisajes es muy bonito. Vamos caminando entre las montañas, el colorido de los arrozales es espectacular, con un verde intenso que hace que estos paisajes sean únicos.

perdidos entre el verde de los arrozales
Vamos charlando con el guía que nos va explicando todo lo que vamos viendo con bastante paciencia y repitiendo todo las veces necesarias para que le entendamos. Vemos unas escuelas que han sido donadas por países como Japón e Inglaterra. Es curioso ver como ahora que están los niños de vacaciones, utilizan las aulas como graneros y colocan los pupitres apilados a un lado y en medio del aula tienen el maíz puesto a secar. A medida que vamos caminando nos vamos cruzando con las gentes de las diferentes aldeas que ajenos a nosotros siguen con su quehaceres diarios. Paramos en una especie de chiringuito de madera ubicado en medio de las montañas donde nos invitan a tomar un té típico de la región. Allí les compramos unas pulseras a unas niñas, en un abrir y cerrar de ojos nos han rodeado un montón de niñas, por lo que compramos 10, una a cada una. Por solo unos céntimos hemos hecho que por lo menos estas niñas se vayan contentas. Es increible porque siempre se están riendo y no son nada pesadas. Seguimos caminando, hemos tenido que coger el camino más fácil el rubito está cansado y como nos imaginábamos está pagando los excesos de ayer, así que cogemos el camino de los paralímpicos y vamos caminando poco a poco. A las 12 paramos en una "tasca" en medio del monte y comemos algo que nos ha traído el guía en su mochila (huevos cocidos, tomate, quesitos, pan, etc.) con la cervecita de rigor. Mientras comemos charlamos con una pareja de madrileños muy maja (no hay nadie más allí) a los que casualidad habíamos visto en la agencia de Hanoi donde contratamos la excursión  hace un par de días. Intercambiamos impresiones mientras comemos. Después de la charla seguimos camino junto a nuestro guía. Vamos subiendo por caminos entre paisajes de película, sin encontrarnos con ni un solo turista. Solo nos encontramos de vez en cuando con algún campesino de la zona.

Fotos histórica con 4 chicas prestándome atención,
una pena que cuando crezcan la cosa cambie...
 A mitad de camino me encuentro con tres amiguitas que me acompañan durante un buen trecho haciéndome un auténtico interrogatorio. Son tres niñas pequeñas que están deseando hablar con alguien, están aprendiendo inglés y les encanta practicar. La verdad es que llama la atención ver como estas niñas tan pequeñas, con las escuelas tan precarias y con el escaso presupuesto que dedicará el estado a la enseñanza puedan hablar un perfecto inglés, mientras nosotros que nos creemos el ombligo del mundo, con toda nuestra cultura y todos nuestros estudios no tenemos ni idea de inglés y el que quiere aprender se tiene que buscar la vida por su cuenta al margen de la enseñanza pública, es un poco frustrante pero es la cruda realidad. Así que tras el intenso interrogatorio al que me han sometido mis nuevas amiguitas, a las que por cierto se les entiende mucho mejor que al guía, se despiden de mí y se marchan corriendo, como siempre con una sonrisa de oreja a oreja. Llegamos al final de la cuesta y allí paramos en una típica casa de la aldea, lo tienen acondicionado como un "bar", Tomamos un refrigerio mientras descansamos un rato. Intercambiamos diferentes juegos con el guía, unos de cartas, otros de habilidad, etc. Nos echamos unas risas.
A veces hasta trabajan los hombres...


Mujeres cosiendo al lado del río.
Tras el descansito seguimos caminando, esta vez ya cuesta abajo hasta que llegamos al final de trekking. sobre las 3 vienen a recogernos en un jeep como los del ejército, que nos lleva de vuelta a Sa Pa. Nos damos una ducha, tomamos una birra fresquita y a las 16.30h nos viene a buscar un minibus  (esta vez está todo bien organizado) que nos baja hasta  Lao Cai. Cenamos en el mismo local del otro día (incluido) y nos vamos a la estación de tren. Aquí si que reina el más absoluto caos, no hay más que gente corriendo por todos los lados, cargados de cosas y gritando, no hay forma de enterarse de nada. Finalmente conseguimos montarnos en el tren y a las 19.45 salimos con destino a Hanoi. Esta vez nos ha tocado un compartimento para los 4 solos. Nos jugamos las literas a las cartas, pierde el rubio, así que le hacemos rabiar un poco, pero al final le dejamos dormir en la litera de abajo. En el compartimento de al lado nuestro viaja una pareja de alemanes jóvenes muy majos, ellos han tenido peor suerte que nosotros y aunque su compartimento también es para 4 personas, se han metido con ellos una familia de vietnamitas con varios niños. Nos echamos unas risas con ellos, el chico ha estudiado en Barcelona y habla español. en esta ocasión no hay aire acondicionado, sino una especie de ventilador, pero el calor es bastante agobiante.

Domingo 13 de Agosto de 2006 (Hanoi-Bahía del Halong)

Magnífica coreografía del ballet de jubiletas vietnamitas
Llegamos a Hanoi a las 4:30 h. medio sobados. Cogemos un taxi que nos lleva hasta el centro, cerca del lago. A estas horas no hay nada abierto, así que nos quedamos en el parque que hay al lado del lago y descansamos un rato. La verdad es que se hace bastante entretenido. A pesar de ser domingo y apenas las 5 de la mañana, la ciudad está llena de gente haciendo deporte, muchas personas caminando, otras corriendo (las menos) y sobre todo nos llama la atención un grupo de jubiletas (bueno por la edad en España serían jubiletas, aquí lo dudo) que con un despliegue de medios impresionante nos dejan atónitos. Tienen su música y perfectamente sincronizados, realizan una serie de ejercicios, primero hacen yoga, luego utilizan unos abanicos y hacen una especie de danza y finalmente cogen un artilugio que no sabría como definir y más de lo mismo, coreografía variada y una puesta en escena sin duda original,  un auténtico ritual digno de ver, igualito que en Bilbao, donde un domingo a estas horas el único deporte que se ve es a los que llegamos dando tumbos en busca de la cama. Con el espectáculo se nos ha pasado el tiempo volando y ya ha amanecido. Tomamos un café en el bar del lago y nos vamos al Darling café donde habíamos quedado con Toño y Ana a las 7 . Desayunamos todos juntos y sobre las 8 vienen a buscarnos en un guiribus que nos llevará hasta la Bahía del Halong. Tras casi 4 horas de viaje llegamos al embarcadero sobre las 12 de la mañana.  Embarcamos en una especie de barco pirata de play mobil de madera, casi todos los que hay en el embarcadero son de este tipo. vamos prácticamente solos.  Antes de zarpar (que se note que ya utilizamos la jerga marinera), nos dan de comer en el barco. Después vamos navegando por toda la bahía, el paisaje es alucinante. Tras un rato navegando paramos en una isla.  Allí nos llevan a ver unas cuevas, son muy chulas, pero hay mucha humedad y no paramos de sudar. Después de visitar las cuevas seguimos navegando por la bahía, disfrutando de un paisaje de película.

Espectacular vista de la bahía del Halong



La experimentada tripulación del barco pirata de play Mobil
Llegamos a un pequeño embarcadero donde vivimos una situación un tanto surrealista. Dos parejas de mochileros franceses se amotinan e incluso una chica le tira una botella a un pobre chaval que hace de guía y que seguramente no tenía la culpa de nada, como siempre los gabachos dando la nota. Mientras tanto nosotros nos mantenemos al margen del deprimente espectáculo y jugamos unas partidas a las cartas echándonos unas risas. Al vernos una chica australiana muy simpática llamada Clode se acerca a nosotros y se une a la partida. Le explicamos un poco como se juega y jugamos unas partidas mientras tomamos unas. Para entonces ya se ha calmado la cosa y seguimos navegando por la bahía según el itinerario previsto.

Bonito anochecer en la bahía con los barcos iluminados
El barco para en una zona de la bahía espectacular, el mar está en calma y está empezando a atardecer, así que como si de un anuncio de televisión se tratase, no nos lo pensamos y nos tiramos al agua, unos con más estilo que otros.  La primera Clode que como buena australiana se sube a la parte de arriba del barco (unos 7 metros) y se tira de espaldas, dando una voltereta en el aire. Nosotros después de semejante demostración teníamos que hacernos los machitos, pero sin pasarse que en Bilbao hay ria no mar, así que nos tiramos también desde arriba pero con mucho menos estilo y a lo bomba, eso sí alguno casi de deja los piños en el intento y no volvió a repetir la experiencia. Después del idílico baño, nos cambiamos y subimos a cenar. Tras la cena volvemos a poner en marcha la timba, Clode se apunta y nos pasamos unas horas entre risas mientras íbamos terminando con las existencias de cerveza que había en el barco. Nos acostamos sobre las 22.00 h, para entonces ya esta toda la tripulación sobando encima de las mesas esperando a que nos fuésemos a dormir.

Lunes 14 de Agosto de 2006 (Bahía de Halong-Hanoi)

Los hermanos García remando en la bahía
Nos levantamos con la luz del día sobre las 5:30 h, hemos dormido mejor que nunca, excepto la parejita que traía sobredosis después de tantas horas reposando en Hanoi. Es increible, levantarse, asomarse a la ventana del camarote y contemplar estas maravillosas vistas. Subimos a desayunar y sin más tiempo que perder nos zambullimos en el agua. Hace un día estupendo, la temperatura del agua es muy agradable y lo que más apetece es estar todo el día a remojo contemplando el idílico paisaje que tenemos a nuestro alrededor.  Estamos horas  metidos en el agua , la sensación de relax es de los más placentera. Entre baño y baño cogemos unos kayak y vamos remando por parajes cercanos, viendo de cerca las casas flotantes de los pescadores. Hace tanto calor que no aguantamos mucho tiempo fuera del agua, así que nos pasamos casi toda la mañana a remojo. Sobre las 12 llegamos al pueblo y dejamos definitivamente el barco. Comemos en un restaurante cercano en el embarcadero (incluido). Junto a nosotros come un chico japonés jovencito, que está con otro amigo viajando en plan "tirado" por el país, cosa que nos llama un poco la atención, ya que dado el alto nivel económico de su país, en Vietnam debería resultarles todo increiblemente barato. Después de la comida volvemos a padecer una vez más los problemas de organización que parecen típicos del páis, creo que las matemáticas no es su fuerte, ya que siempre hay más personas que sitio para ellas en los autobuses, como si nos reprodujésemos durante el periodo de tiempo que dura la excursión. Nos tomamos con buen humor el caos organizativo y entre risas y aplausos nos vamos empaquetando en los minibuses como sardinas en lata.

El equipo de mecánicos de Ferrari jugándose
la vida en medio de una carretera vietnamita.
Cuando por fin estamos todos bien apretaditos, ya colocados en nuestros asientos.... A los diez minutos de camino....Sorpresa!!!  Pinchazo!!!. Todos reaccionamos con un fuerte aplauso, aunque la situación era un poco preocupante, sobre todo al ver la cara de alelado que pone el conductor, que nos da la impresión de que no sabe ni si hay rueda de repuesto y si la hay para qué sirve.  Ante la reacción del piloto y viendo que la cosa podía ser eterna, dos chicos australianos deciden ponerse manos a la obra. La verdad es que nos dejan a todos alucinados. En mi vida he visto a nadie cambiar una rueda con tal rapidez, casi no les hace falta ni el gato, levantan el coche a pulso. La escena era digan del equipo de mecánicos de Ferrari con el coche de Michael Schumacher, pero esto con mucho más mérito, teniendo en cuenta que se estaban jugando la vida porque el minibus está aparcado en medio de la carretera y viendo como pasan como Kamikazes todo tipo de vehículos al lado y si encima a esto le añadimos que la temperatura es altísima, la sudada que agarran los chicarrones australianos es de campeonato. Después de semejante exhibición por supuesto reciben una merecida ovación y continuamos camino. El viaje se hace un poco largo, ya que no íbamos muy cómodos. Llegamos a Hanoi sobre las 17:00h. Tenemos unas horas por delante así que decidimos dar un último rule  por la ciudad antes de despedirnos de ella. Por supuesto había que hacer alguna compra. Toño y Ana deciden recuperar el tiempo perdido y se ponen las botas. Hacen negocios con su proveedor de cremalleras y de hilos, pretenden financiar el viaje con las compras, pero a cambio tendrán que pasear los hilos por todo el país durante unas semanas. Agus también se anima y hace sus primeras compras. Como siempre sigue haciendo un calor insoportable que hace que parezca que estás siempre agotado. Después del paseo vamos a cenar a una pizzeria que está en el centro, es una multinacional y aquí pagamos precios europeos, pero de vez en cuando nos lo podemos permitir (35€ los 6). Despues de cenar vamos al Darling Café a recoger nuestras mochilas (nos las habían guardado durante el tiempo que hemos estado en la Bahía del Halong). Ana, Toño y el rubio van en taxi con todas las mochilas y los otros nos vamos dando un paseo hasta la estación de Tren. Ya es de noche y la temperatura es un poco más agradable. Sobre las 22.00 h llegamos a la estación, el tren no sale hasta las 23.00.h.

Martes 15 de Agosto de 2006 (Hue)


Una de las pagadas que se encuentra en la ciudad imperial

Se nota que este tren es más cómodo que en los que hemos montado anteriormente. Hemos dormido de maravilla e incluso nos traen el desayuno. Llegamos a Hue a las 10:30h  Cogemos un taxi grande para los 6 por 60.000 dong (3€) y no lleva al hotel. El hotel se llama Duytan http://www.duytanhotel.com.vn/.Lo habíamos reservado por internet días antes. Es el más lujoso en el que hemos estado por el momento (48€ las 3 habitaciones con desayuno), es un hotel de 4 estrellas que está muy céntrico, aunque nos parece excesivo para nosotros, por el precio que nos cuesta no merece la pena ir a hoteles peores. Nos instalamos en el hotel y nos damos una ducha que ya nos va haciendo falta. Salimos a conocer la ciudad, aunque hace calor el clima es bastante más soportable que en Hanoi y por fin dejamos de convivir con ese sudor pegajoso que nos ha acompañado durante nuestra estancia en Hanoi. Cambiamos algo de dinero en el Banco de Vietnam que da mucho mejor cambio que los otros bancos. Después reservamos transporte par ir al día siguiente hasta Hoi An, por 69$ cogemos una furgoneta grande solo para nosotros. El autobús de linea nos costaba 45.000 dong cada uno (2€), pero hemos decidido tirar la casa por la ventana  no privarnos de nada, además así podemos ir parando al chofer cada vez que queramos ver algo. Una vez realizadas las tareas nos dedicamos de lleno al turismo. Vamos tomando contacto con la ciudad. Es una ciudad mucho más tranquila que Hanoi, parece más civilizada, contrasta con el follón que había siempre en Hanoi. Nos conectamos a internet para reservar el hotel en Nha Trang, mientras Toño, Agus y Ana se dan un festín y derrochan nuestro bote tomándose una birra a precio de oro (30.000 dong cada una), eso sí, al parecer el servicio ha sido de lujo y salen encantados, sobre todo Agus, aunque eso les costará aguantar el vacile durante el resto de las vacaciones.
He aquí el Gili Taxi
Después de la experiencia nos vamos a ver la ciudad imperial (65.000 dong cada uno la entrada).Nos hace bastante gracia ver como a las furgonetas par turistas las llaman gili taxi, esta gente ya no se corta!!. Comienza a lloviznar un poco y la verdad es que casi se agradece. La ciudad imperial no nos parece nada del otro mundo, pero es algo que teníamos que ver, ya que es visita obligada en la ciudad. Lo que al principio parecía una suave llovizna, finalmente termina por calarnos enteros, por lo que tenemos que hacer una breve pasada por el hotel, para cambiarnos, coger chubasqueros y comprar paraguas.  Salimos a dar una vuelta, esta vez ya bien preparados para no mojarnos y cenamos como fieras, al mediodía no hemos tenido tiempo para comer, ya que solo se podía visitar la ciudad imperial hasta las 5 de la tarde y andábamos justos de tiempo. Cenamos en un típico restaurante vietnamita llamado Dzah lau  en la C/ 55 Ben Nghe. Estamos solo nosotros y como casi siempre el trato es exquisito, hasta el punto que ante la pregunta de si tenían pan, nos dicen que si y la mujer sale con la moto a buscarlo, con la que está cayendo en esos momentos, nos sentimos hasta mal, si lo llegamos a saber no le decimos nada. El homenaje nos sale por 400.000 dongs (20€).
No podemos disimular el cansancio, la juerga padre!!
Después del atracón damos un paseo para aliviar un poco la pesadez de estómago y tomamos unas birras en un pedazo bar, de estos que solemos ver en todas las ciudades, muy grande, acogedor y en el que solo ves a gente vietnamita, tiene varias plantas y música y como siempre el servicio excelente. El  precio es ridículo para un bar de este nivel , 8000 dongs la birra (0,50 €), el bar se encuentra en la C/ Nguyen 19. Despues de las birras seguimos paseando, ha dejado de llover y la temperatura es ideal, algo a lo que no estamos muy acostumbrados. En esta ciudad destaca la cantidad de galerías de arte que hay por todos los sitios. Tomamos la última en un chiringuito más sencillo al lado del hotel, aunque con mucho encanto, es el típico garito de mochileros que merece la pena visitar. El bar se llama Mandarin Café, está decorado con un montón de fotos sacadas por el dueño y que son muy auténticas, de exposición, no como las del rubio. Vemos un par de álbumes mientras tomamos una birra. Aunque el dueño las tiene a la venta no le compramos ninguna con fiando en que alguna de las nuestras pueda ser de la misma calidad y sino es por calidad seguro que por cantidad le ganamos. Sobre las 23.00 h. nos vamos al hotel, vemos un rato la tele y a sobar.





Miércoles 16 de agosto de 2006 (Hue-Hoi An)

Nos levantamos a las 6:45h y bajamos a desayunar al comedor del hotel. Cogemos las mochilas y nos vamos. El día es muy bueno y hace calor como siempre. A las 8:30h viene a recogernos la furgoneta para llevarnos a Hoi An. La furgoneta es grande y vamos muy cómodos, el conductor no sabe ni papa de inglés, así que confiamos en no tener ningún problema porque si no a ver como se los explicamos al "chinito". El paisaje por el transcurre la carretera es muy bonito, entre arrozales y mucho verde por todos los sitios. Vamos tranquilamente, ya acostumbrados al a conducción de este país, incluso nos parece tranquila, la carretera es bastante buena y durante gran parte del trayecto transcurre por la costa, por lo que de vez en cuando paramos a ver el paisaje y sacar alguna foto. Más adelante el conductor nos lleva a ver una fábrica de mármol en la que ha cosas preciosas, verdaderas obras de arte, de todos los tamaños y a unos precios bastante económicos teniendo en cuenta que se trata de mármol. Compramos alguna figurita pequeña de Buda y seguimos camino. Llegamos a Hoi An sobre las 12:30h. Nos lleva al hotel Glory hotel http://www.gloryhotelhoian.com/ que habíamos reservado previamente por internet. Es impresionante un 4 estrellas por 35$ la doble con desayuno incluido.  Cada vez vamos a hoteles mejores y por menos dinero, casi precio de albergue. Nos reciben con la amabilidad que les caracteriza y nos ofrecen un zumo de frutas mientras realizamos los trámites de entrada. Nos suben las mochilas los botones, esto empieza a ser ya una costumbre, como cambian las cosas, ahora parecemos señoritos de la nobleza. Tras el impacto inicial que nos ha causado el hotel nos instalamos y enseguida salimos a dar una vuelta por esta pequeña ciudad del centro de Vietnam de apenas 80.000 habitantes. La ciudad esta llena de tiendas, sobre todo predominan las tiendas de ropa, en las que hacen ropa a medida en un tiempo record. Es una pena que a nosotros no nos llame mucho lo de comprar trapitos, pero aquí venir con mujeres puede ser peligroso, menos mal que solo está Ana y se encuentra en aplastante minoría por lo que tendrá que ingeniárselas para darnos esquinazo si quiere realizar compras. De todas formas el tema está un poco descompensado, las chicas tienen tiendas  para comprar trapitos de toda clase, mientras que la ropa que venden para hombres es casi exclusivamente pantalones y chaquetas de vestir, no hay ropa informal, así que como no tenemos previsto acudir a ninguna cena de gala lo dejamos para mejor ocasión.



Después de echar un primer vistazo a la ciudad comemos en un chiringuito pequeño de maravilla por 300.000 dong (15€) y como siempre el servicio de 10, todo el rato pendientes de nosotros. Tras llenar el buche nos disponemos a realizar las primeras compras en la ciudad, es imposible resistirse. Ana Compra un vestido y Carlos encarga una chaqueta para su hermana, se la harán a medida y para mañana por la mañana ya la tendrán lista. Hace bastante calor así que regresamos al hotel y nos damos pedazo baño en la piscina, que para eso tenemos hotel guay. Nos bañamos todos menos Agus, es una auténtica gozada, nos pasamos un buen rato en el agua como niños jugando con las pelotitas....Después del chapuzón nos damos una duchita y salimos a dar una vuelta. Tomamos una birrita en el habitual bar grande solo para vietnamitas que hay en todas las ciudades, este está pegado a nuestro hotel. Cenamos en un chiringuito muy parecido al del mediodía, esta vez por aún menos dinero todavía, 205.000 dong (10€). Después de cenar regresamos dando un paseo por el pueblo, ya están todas las tiendas cerradas. Nos conectamos un rato a internet (gratis) en el hotel y sobre las 23.30h nos acostamos.

Jueves 17 de agosto de 2006 (Hoi An)

Nos levantamos a las 8:00h, para esta hora ya hace bastante calor. Bajamos a desayunar al restaurante del hotel, como siempre desayunamos abundantemente, que nunca se sabe lo que puede necesitar el cuerpo. Cogemos unas bicis (incluido en el precio del hotel) y nos vamos como la pandilla de verano azul, pedaleando hasta la playa. Se encuentra a unos 3 Km. Tenemos suerte y  por esta a carretera apenas hay tráfico, menos mal porque con la manera de conducir que tienen en  este país a ver quien se atreve a montarse en bici....  La playa es muy grande y bonita. Dejamos las bicis en el parking pagando nuestra correspondiente tasa por aparcamiento y sin más tiempo que perder ....al agua!!. Nos pegamos un super baño de más de una hora, el agua está calentita y hasta Agus se mete. Hace tanto calor que es el único sitio en el que se está a gusto. Salimos un rato del agua y  nos tomamos un refrigerio a la sombra, debajo de las palmeras. Allí acuden prestas unas vietnamitas que en un abrir y cerrar de ojos nos llevan el bar hasta donde nos encontramos nosotros, nos traen las sillas y las bebidas, esto es como llamar a tele-chiringuito. Nos comemos una piña que nos prepara una de las chicas del pueblo, que las va vendiendo por la playa.

nuestros amiga de tele-chiringo preparando una piña bien abrigadita

Llama sobremanera la atención que hay entre nosotros que vamos medio desnudos y buscando ir lo más frescos posibles  para soportar el asfixiante calor y estas chicas que van tapadas hasta las cejas, precisamente para evitar que las de el sol en ninguna parte de su cuerpo, hasta el punto de que incluso llevan guantes. Tras el refrigerio nos ponemos nuevamente a remojo. Después de la sesión de baño nos vamos a comer a un chiringuito al lado de la playa. Comemos muy bien y como siempre servicio impecable, el precio de risa 200-000 dong (10€).
seguimos sufriendo, esta vez en la piscina, que vida más dura!!
Después de comer regresamos al hotel tranquilamente en bici, que la forma física de algunos tampoco es como para ir esprintando. Aunque se esta muy bien en la playa tenemos que retirarnos, porque Lorenzo está pegando con mucha fuerza y ya empezamos a notar que el color de nuestra piel está cogiendo un tono rojizo que no nos gusta nada, así que decidimos cambiar el agua de la playa por el de la piscina. Además la piscina está a la sombra y se está de cine, solo para nosotros, como reyes. Entre baño y baño nos tomamos una birrita en las hamacas para relajarnos un poco, esto es vida!!. Una vez se mete el sol, ya nos atrevemos a salir y nos vamos a dar una vuelta al pueblo.  Recogemos la chaqueta a mediada que encargó ayer Carlos, está perfecta. Seguimos paseando por el pueblo, en la plaza hay un mitin comunista, con diferentes actuaciones,  parece el acontecimiento del año y está todo el pueblo viéndolo. Tomamos una birra en una terraza mientras vemos el espectáculo y luego nos vamos a cenar. Esta vez cenamos en un restaurante un poco más moderno y más preparado para los turistas, por lo que evidentemente el servicio es peor y encima más caro (aunque tampoco demasiado) y confirma nuestra teoría de que es mejor ir a los chiringuitos pequeños de vietnamitas donde te tratan como a un rey  y el precio es mucho más barato, aunque para ir al servicio tengas que pasar por toda la casa, saludando al abuelo que está sentado en el sofá y a los niños que andan jugando, pero es como si fueses uno más de la familia. Después de cenar aprovechamos el camino de regreso para realizar alguna compra, es inevitable y como el horario es muy amplio, el comercio lo tienen en la propia vivienda, por lo que lo abren temprano cuando se levantan y lo cierran cuando se acuestan. Así que Ana aprovecha par comprarse unas sandalias a medida, le toman las medidas y mañana por la mañana ya puede pasar a recogerlas. Ya está casi todo cerrado así que regresamos al hotel, donde no tenemos muchas distracciones, así que nos conectamos un rato a internet para informarnos un poco de lo que pasa en el mundo y sobre las 23h. nos vamos a nuestros aposentos.

Viernes 18 de Agosto de 2006 (Hoi An- Nha Trang)


Nos levantamos un poco tarde para lo que solemos acostumbrar, alrededor de las 8h. Hay que aprovechar los días que nos lo permite nuestro programa. Desayunamos y estamos en el hotel el tiempo máximo que nos permiten (las 12h). Hoy tenemos todo el día para estar en Hoi An, ya que hasta la noche no salimos de viaje. Tenemos la brillante idea de subir al bar que se encuentra en el ático del hotel, donde hay unas bonitas vistas, el sitio está bien aunque el camarero nos tima y nos cobra más de lo que pone en la carta (hay que estar al loro siempre por si acaso). A las 12 hacemos el check out, dejamos las mochilas y nos vamos. Alquilamos unas bicis (80.000 dong todas) y nos vamos a la playa. Hoy parece que está un poco más nublado y no pega tanto Lorenzo como ayer. Aún así después de la quemada de ayer hoy tenemos varias bajas y solo nos bañamos Toño, Carlos y yo. Nos damos un baño de larga duración como suele ser habitual y después nos vamos a comer. Decidimos cambiar y en lugar de ir al chiringuito de ayer comemos en otro de al lado, para variar un poco y buena la hemos hecho...miramos la carta y los precios eran como siempre, pero al pedir la cuenta... sorpresa!!! nos han vuelto a timar, menudo día!!!. El precio de las birras no venia en la carta y nos las han cobrado a lo que les ha dado la gana (20,000 dong cada una) y claro como nosotros siempre nos hidratamos bien, las cervezas corren con alegría. Encima la buena señora no había puesto los ventiladores, según ella se había ido la luz en todo el barrio, pero cuando salimos vimos que en los demás chiringuitos si funcionaban, que listos son estos vietnamitas...así que comiendo más o menos lo mismo de ayer pagamos el doble, no es mucho dinero pero siempre jode que te engañen así que para la próxima tendremos que andar más listos. Y lo que más jode es que encima te viene la "chinita" con una sonrisa de oreja a oreja y cara de no haber roto un plato y encima le das las gracias, como la vas a decir algo con esa carita que te pone...
Después del papeo nos vamos a dar el último chapuzón, pero comienza a llover suavemente, así que la pandilla de verano azul decide coger las bicis y regresar al pueblo. Una vez llegamos al pueblo, Toño, Carlos y yo cambiamos de idea y pensamos que no nos podemos marchar sin darnos el último baño, así que quedamos con Piraña y el resto de la pandilla para más tarde y nosotros regresamos a la playa.. Nos damos el tan deseado baño, está bastante nublado pero parece que aguanta sin llover. Se está de maravilla en el agua, es curioso ver como la playa está bastante más concurrida que nunca, al esconderse el sol, la gente del país, mucho más listos que nosotros, es cuando acude a la playa, en lugar de hacerlo cuando azota el sol de lo lindo y es que esta gente tiene pánico al sol. Tras el baño regresamos y nos encontramos con el resto de la pandilla en el pueblo. Damos una ultima vuelta y vamos a cenar. Esta vez decidimos dejarnos de experimentos y cenamos en el mismo chiringuito que cenamos el primer día, se llama Xuan Hau en la C/ 67 Nguyen Duy Hien. La chica al vernos de lejos ya se acuerda de nosotros y nos llama, es muy simpática, como casi todos en este país. El trato es exquisito y al igual que el otro día nos invitan al postre. Cenamos de maravilla por 200.000 dong (6€). Se despide de nosotros super cariñosa. La verdad es que por suerte lo habitual es encontrarse con este tipo de gente y no como los del chiringuito de esta mediodía. Nos vamos pitando , hemos quedado a las 20h y ya vamos tarde. Llegamos a la puerta del hotel donde ya nos estaba esperando la furgoneta con los dos conductores para llevarnos a Nha Trang, es una furgoneta Mercedes grande, de 9 plazas, por 130$ nos vamos los 6 solos. Al no haber tren litera es la manera  más cómoda que teníamos para hacer el viaje. Tenemos por delante 500 Kms Cuando salimos ya es de noche. Los dos pilotos que llevamos son clavaditos a Carlos Sainz y Luis Moya, pero con los ojos rasgados, Moya le canta las notas a Sainz en perfecto vietnamita. Nada más salir del pueblo, no llevamos ni un km. y se pierden y eso que se supone que son de aquí... la cosa promete!!. Seguimos camino, hay muchísimo tráfico, sobre todo autobuses y camiones que durante el día no se ven y por la noche están por todos los lados. Esto la verdad es que acojona un poco, luces largas por todos los sitios, claxon sonando a todo volumen, la escena es de película de miedo. Los conductores como no podía ser de otra manera son suicidas y cada cual hace una animalada más grande que el anterior, pero el premio se lo lleva un autobús grande, que nos adelanta a toda velocidad, tocando el claxon, la puerta del copiloto abierta y este de pie con medio cuerpo fuera del autobús dando indicaciones con las manos al resto de vehículos para que se aparten, no tengo palabras para describir la escena. Aunque es complicado dormir con este panorama, decido cerrar los ojos y que sea lo que ´Dios quiera. Poco a poco vamos avanzando, la carretera es bastante buena, mejor de lo que esperábamos. A eso de las 24.00h de repente nos paramos en el arcén, les preguntamos a los pilotos, pero no hay forma de entenderlos, por supuesto no tienen ni pajolera idea de inglés y su vietnamita es demasiado cerrado para que les podamos entender. Los pilotos no hacen más que bajarse y caminar de un lado para otro, estaban bastante inquietos. Después de más de media hora allí parados ya empezamos a estar un poco moscas, estaba todo oscuro y no había nadie por ningún lado. Ya estábamos empezando a pensar que esta era la parte en la que nos hacían bajar de la furgoneta y nos iban a dar por detrás en el descampado..., pero por suerte todo acaba bien, finalmente vienen dos vietnamitas a toda pastilla en una moto, les entregan a nuestros pilotos una mochila y se van igual de rápido. Nosotros por supuesto todos callados y flipando, la cosa no parece muy normal, pero mejor no hacer preguntas...

Sábado 19 de agosto de 2006 (Nha Trang)

Tras una noche un tanto larga e incómoda llegamos a Nha Trang a las 6.00h, aquí a estas horas ya está todo el mundo en la calle. Esta ciudad es como el Benidorm vietnamita, es una ciudad grande de unos 400.000 habitantes. Curiosamente a esta hora hay bastante gente en la playa, aprovechando que todavía no calienta demasiado el sol. Buscamos habitación en un par de hoteles de lujo que habíamos visto en internet con piscina, pero están llenos. Como es sábado viene mucha gente a pasar el fin de semana así que tenemos que alojarnos en un hotel más sencillo, pero al lado de la playa, en la C/ Pang Thug 36 (11.000 dong cada habitación). Nos estábamos acostumbrando mal con tanto hotelito fino así que esto nos vendrá bien para volver a nuestros orígenes. Dejamos las mochilas y nos vamos a conocer la ciudad. Desayunamos en una terraza al lado de la playa . Son las 7.00 y ya calienta el sol como si fuesen las 12 en España. Mientras nos sirven el desayuno no puedo resistir la tentación y me voy a dar un chapuzón. Como siempre el agua está perfecta. Desayunamos como si fuese comida  por unos 200.000 dong (!0€) y eso teniendo en cuenta que es una terraza de lujo al borde de la playa. Damos una vuelta por la ciudad, contratamos una excursión para mañana y también cogemos los billetes de bus para ir a Moi ne. Hace mucho calor y estamos hechos polvo, esta noche casi no hemos pegado ojo, así que nos tomamos unos refrescos y  sobre las 11.00h nos vamos al hotel a echar la siesta. Después de la pedazo siesta nos levantamos como nuevos y sobre las 16.00h decidimos adaptarnos a las costumbres locales e ir a la playa ahora que empieza a ponerse el sol.


Nos pegamos un baño en condiciones, la playa a estas horas está llena de gente, sobre todo asiáticos (ya más  no sabría precisar porque a mí me parecen todos iguales) mientras que a la mañana estaba vacía.  Tomamos una birra en al terraza de la playa y nos vamos al hotel. Una ducha rápida y listos!!. Salimos a cenar a una especie de cervecera para vietnamitas que se encuentra al lado del hotel  en la que hay todo tipo de marisco. El nombre nos gusta, se llama Pho Bien y la verdad es que hace honor a su nombre y cenamos Pho muy bien. Comimos de todo, langostinos, hot pot con pescado, ternera, cerdo, etc. todo regado con abundante birra y encima San Miguel, eso sí, de 640 cl, estos si que son de Bilbao. Todo por unos 560.000 dong (30€). Después del homenaje nos vamos a dar un paseo, la temperatura es bastante agradable. Encontramos el típico bar grande con terraza al aire libre y música frecuentado solo por vietnamitas que hay en todas las ciudades y nos tomamos una cervecita. La verdad es que este tipo de bares están muy bien, tienen su encanto y no sé por qué no hay nunca turistas en ellos, si son lo mejor de la ciudad y muy baratos. Es sábado y se ve bastante movimiento, tomamos otra pero esta vez en el típico bar par guiris. No está mal pero no es lo mismo, es te es igual que el que puedes encontrar en Mallorca o cualquier otro sitio turístico frecuentado por guiris. Sobre las 23.00h nos vamos al hotel, aunque es sábado esto es Vietnam y ya no se ve mucha gente por la calle.

Domingo 20 de agosto de 2006 (Nha Trang)

Nos levantamos a las 8.00h ya plenamente recuperados de la paliza del día anterior. Vamos a desayunar a la misma terraza al lado de la playa en la que desayunamos ayer. Como siempre no nos cortamos nada y nos pegamos un desayuno de campeones, con carne, huevos, cerveza, etc. un auténtico desayuno de camionero. Sobre las 9.00h vienen a recogernos para realizar la excursión que contratamos ayer (7$ cada uno). El bus nos acerca al puerto que se encuentra muy cerca y una vez allí nos montamos en un pequeño barco. somos un grupo de alrededor de 20 personas de todas las nacionalidades: Venezuela, Finlandia, Japón, U.S.A., Australia, etc. Empezamos haciendo snorkel durante un buen rato (5000 dong alquiler del equipo= 25 céntimos). La verdad es que no hay ningún arrecife de coral ni nada parecido, pero no está mal, vemos algunos peces y nos damos un buen chapuzón que con estos calores siempre se agradece. Agus como siempre realiza su función a la perfección, permanece a bordo y está durante toda la hora alerta ante cualquier percance que pudiera acontecernos, por si necesitamos de su ayuda, es una labor que nunca agradeceremos lo bastante y que nos hace estar tranquilos sabiendo que aunque aparezca algún tiburón o cualquier otra criatura marina que pretenda intimidarnos allí está Cocodrilo para velar por nuestra seguridad.
impresionante directo del grupo vietnamita de moda
 Después del snorkel subimos a bordo y vemos como lo que antes eran asientos ahora se ha convertido en una mesa gigante .Nos sentamos todos alrededor de la mesa y nos sirven el papeo. Al rubio casi le tenemos que atar las manos porque si le dejamos se lo come todo el solo. Menos mal que solo nos han dado los palitos para comer, porque teniendo en cuenta el ansia de nuestro querido rubio, ya pensaba que le iba a clavar el palito a algún camarada de la excursión para quitarle su ración. Finalmente todo termina bien y no tenemos que lamentar ningún altercado en el seno de la expedición. Tras el papeo viene uno de los momentos estelares del día. En un momento y casi sin darnos cuenta con cuatro tambores viejos, como los del jabón de la lavadora y una guitarra que parece de juguete se monta la Marimorena!!!.  El guía al micro como si fuese una estrella de rock y sin cortarse ni media, subido a la mesa. La verdad es que musicalmente no es que fuese gran cosa, aunque en OT seguro que alguno peor ya ha pasado..., pero compensan sus deficiencias musicales con la casta y simpatía que tienen, el espectáculo no tiene desperdicio. Hacía tanto calor que algunos no vimos terminar el espectáculo y nos lanzamos al agua a refrescarnos.

macro fiesta en alta mar, como siempre nosotros en primera linea por si acaso!

Cuando de repente ve que el guía y hasta hace poco estrella de rock, está a mi lado en el agua vestido y con una barra flotante, con botellas, flores, etc. Ya estoy empezando a pensar que el calor me está afectando y empiezo a ver distorsionada la realidad... y en un abrir y cerrar de ojos se tiran todos los de la excursión al agua mientras que desde el barco nos lanzan neumáticos gigantes para que todos podamos estar a flote tranquilamente. En un momento estamos todos encima del neumático y bebiendo una y otra vez vasos de un licor que no se muy bien lo que tiene, solo sé que alcohol tiene en abundancia y que sabe a rayos... pero bebido en el agua y con el cachondeo que tenemos sabe a gloria. Los excursionistas nos lo vamos bebiendo todo y la cosa se va animando. El guía el primero al grito de "focking here is free!!!", cuando pensábamos, ya está! ahora es cuando empieza la mega orgía en el mar tantas veces soñada, las botellas corren que da gusto, esto es cuestión de tiempo!!. Pero parece que esta vez si que eran los efectos del calor y tenemos que volver a la cruda realidad. Cuando ya están prácticamente todos en el barco, el guía se vuelve a tirar con más provisiones y como siempre nos quedamos lo mejor de cada casa a dar buena cuenta de ellas. Terminamos las últimas botellas, ahora ya el guía nos las echa directamente a la boca y por la cabeza. Subimos al barco ya medio pedos. El barco sale y mientras vamos navegando aprovechamos para tomarnos unas birras a bordo, que no decaiga la fiesta!!.

Mientras nosotros hacemos el cabra "volando", estas sras.parecen disfrutar del
baño  abrigaditas, aunque por la postura yo diría que están orinando..Carlos se
acerca a la zona peligrosa..
 Enseguida llegamos a otra isla, como lo de la orgía no lo tenemos muy claro Toño y yo buscamos una actividad alternativa para "descargar" nuestra adrenalina, eso sí pagando (200.000 dong cada uno), no penséis mal!! cogemos una especie de paracaídas, creo que ahora a esto lo llaman paraciling. Tirados por una lancha como las de los narcos nos eleva a una altitud considerable y nos da una vuelta por los alrededores de la playa.. La experiencia no es como lo de la orgía pero no está mal. No ha durado mucho, ya que había mucha gente esperando y hay que aprovechar el negocio, son "chinitos" pero no tontos. La verdad es que pensaba que iba a dar más giñe, pero no da nada de vértigo, supongo que todavía tenemos encima los efectos del brebaje ese que nos hemos tomado en cantidades industriales.
Tras la excitante experiencia nos vamos a otra isla. Mientras nos acercamos en el barco nos ponen algo de fruta para estar entretenidos. Llegamos a la isla enseguida (20.000 dong la entrada). La isla es muy bonita. Lo primero que hacemos es ir a visitar un acuario, es pequeño pero muy chulo, no tiene desperdicio, tiene pocos peces pero todos muy bonitos y grandes. A mi casi me ha gustado tanto o más que el que vimos en Monterrey (USA), que decían era el mejor del mundo. Después de la rápida visita al acuario subimos a un mirador, las vistas son preciosas. Damos una pequeña vuelta sacando las correspondientes fotos que acrediten nuestra visita y volvemos a bordo del barquito. Esta vez ya nos llevan al puerto para dar por concluida la excursión. En el puerto nos espera el bus que nos lleva hasta el hotel. Nos lo hemos pasado como enanos y pensar que nos ha costado poco más de 5€ y comida y todo, es increible!!. Son las 4.30h y sin tiempo que perder, ni siquiera pasamos por el hotel, nos vamos directos a la playa a darnos otro chapuzón. Ya le hemos cogido el truco y sabemos que esta es la mejor hora para estar en la playa. Después del baño regresamos al hotel. Nos damos una ducha y salimos a cenar. Cenamos en un restaurante céntrico por unos 370.000 dong (20€). Después de la cena damos un paseo y tomamos una birra en una terraza parecida a la de ayer. En estos sitios se está muy a gusto y parece que entra gente con clase, no hay más que vernos a nosotros.  Pasadas las 22.00h nos vamos al hotel, hoy ha sido un día con mucha actividad y estamos un poco cansados, así que para las 23.00h ya estamos en la cama soñando con los angelitos.

Lunes 21 de agosto de 2006 (Nha Trang- Mui ne)

Nos levantamos a las 6:30h y vamos a desayunar  por última vez a nuestra terracita ese desayuno de camionero que tanto nos gusta. Como cada día ya hace mucho calor y desde bien temprano está el sol dando la paliza.  A las 8:15h nos viene a recoger al hotel un bus grande para llevarnos hasta Mui ne. El bus está bastante bien. Vamos recogiendo gente por los hoteles y luego en marcha!! el camino es bastante entretenido, es lo que tiene este tipo de conducción tan peculiar, que hace más amenos los viajes. El copiloto va tan tranquilo que ni corto ni perezoso, saca una hamaca y la coloca atada entre el pasillo y el asiento del copiloto y el tío se pasa todo el viaje sobado en la hamaca, so es currar!!. Llegamos a Mui ne a la 13.00h. Nos alojamos en unas cabañas al lado de la parada del bus (10$ la doble con a.a.). Lo primero que hacemos es coger los billetes de bus para mañana a Saigón y contratamos una excursión también para mañana, viendo que nos daba tiempo a realizarla. Comemos en un chringuito pegado a la carretera , que está al lado de nuestro hotel. Nos atiende una niña muy simpática, es curioso ver como es la niña la que lleva la voz cantante en el negocio, Ella se encarga de todo. Como los niños son los únicos que saben algo de inglés, normalmente en estos chiringuitos sencillos son siempre ellos los que te atienden, pero lo de esta niña nos llama especialmente la atención porque es algo fuera de lo normal, ella servía todo, ponía la mesa, cocinaba, hacia de contable e incluso de comercial, una joyita!!. La vacilamos un poco diciéndola que no teníamos dinero para pagar y ella muy graciosa nos dice que no importa que se queda con Agus para que friegue una semana. Hasta que punto la niña era lista que cuando nos íbamos nos regaló una botella de agua a cada uno, a eso le llamo ser una buena comercial, seguro que volveremos. La comida nos salió por 200.000 dong y como la niña se lo había ganado la dejamos una generosa propina (para ellos para nosotros no supone nada).
Después de comer vamos a la playa con la intención de darnos un baño pero nos llevamos una pequeña decepción , la playa es bastante grande y bonita, pero está llena de porquería y aunque hago un amago de bañarme tengo que desistir ya que en el agua flotan plásticos, etc.  y la sensación que da no hace muy apetecible el baño.  Así que pasamos al plan B y nos damos un pedazo paseo a lo largo de la playa. el paseo resulta de lo más entretenido. En la orilla de la playa hay varios grupos de chicos jugando partidos, mientras las mujeres están currando poniendo el pescado a secar o realizando otras labores. Nada más vernos se acerca a nosotros una niña pequeña muy simpática que nos acompaña durante un rato, no hace más que recoger caracolas y regalárnoslas . No para de contarnos cosas, aunque no sabe inglés y nos cuesta entenderla. Siempre se está riendo, como todos los niños en este país, te sonríen y te saludan, parece que son muy felices aún sin tener demasiados lujos, en nuestro país teniéndolo todo no tenemos la sensación de ser tan felices y  esto te hace reflexionar un poco. Después del largo paseo nos tomamos una birra en el bar del hotel para reponer fuerzas. Una ducha rápida y a cenar que ya tenemos hambre. Vamos a cenar a otro restaurante cerca del hotel, este es muco más fino y bonito, también nos atienden dos niños, pero estos no son tan simpáticos como los de esta mediodía. comemos bien, un hot pot de pescado par los 4  y algo de pasta (300.000 dong= 15 €).  Sobre las 22.00 nos vamos al hotel, mañana toca madrugón.

Martes 22 de agosto de 2006 (Mui ne- Saigón)

intrépida expedicionaria adentrándose con paso firme en el desierto vietnamita
Nos levantamos a las 4.45h. Hemos quedado a las 5 para hacer una excursión en jeep. Vienen a recogernos puntualmente dos jeep para los 6. Está amaneciendo y por eso hemos escogido esta hora para poder ver como amanece, no es que seamos muy románticos pero por lo que dicen es bastante bonito. En primer lugar nos llevan a unas dunas blancas, que es algo parecido al desierto. Los guías paran el jeep y nos señalan con las manos el lugar hacia el que debemos ir caminando, no tienen ni idea de inglés así que solo nos queda esperar que cuando regresemos estén allí esperándonos. Caminamos doslo por donde nos han indicado y enseguida llegamos a las dunas blancas, es bastante bello ver como sale el sol desde las dunas, como si estuviésemos paseando por el Sahara. Nada más vernos aparecen unos niños con una especie de plásticos para que nos tiremos por las dunas, estos niños son bastante espabilados y nos quieren cobrar 50.000 dong por cada bajada, más de lo que cuesta comer en un restaurante a todo lujo. Por supuesto se quedan ellos con las ganas y con sus plásticos. Después del bonito paseo por las dunas regresamos y por suerte aún están allí los "guías", mejor dicho conductores, con los jeeps.
Nos llevan a ver el cañón rojo (Red Canyon), que es como el gran cañón pero en maqueta, como si estuviese hecho en miniatura. Damos una vuelta y sacamos unas fotos, allí no hay absolutamente nadie, estamos solos. Regresamos a los jeeps y vamos a ver el siguiente punto de interés, esta vez toca las dunas rojas. Es parecido a las blancas, pero claro rojas. Aquí ya hay bastante gente, no como hasta ahora que estábamos solos. A mi me parecen más bonitas las blancas, aunque desde las rojas se ve el mar y produce un contraste curioso. Luego nos llevan a la playa par ver el mercado.
claro ejemplo de la cadena de transporte: barco-patera-vaca-"chinito"

pescadería local
Esto es lo mejor con diferencia, es auténtico. Llegamos justo cuando todo está en pleno apogeo. Han llegado los pequeños barcos hasta la orilla con el pescado, de estos barcos descargan el pescado a otros botes pequeños, que parecen cestos más que barcos y estos los llevan hasta la orilla. Una vez se encuentran en la orilla lo recogen en cualquier tipo de medio de transporte, camionetas viejas, carros tirados por bueyes y sobre todo hombres y mujeres con el tan habitual método que usan para llevar cargas, ese palo que forma como una balanza que equilibran poniendo peso en ambos lados. Es un auténtico espectáculo ver el maremagnum de gente que hay en la playa, no se puede ni pasar. Hay toneladas de pescado en montones, camarones, cangrejos, ostras, etc, etc. Allí sobre todo las mujeres están clasificando el pescado y limpiándolo, con el consiguiente tufillo a pescado, esto si que es el pueblo vietnamita en su pura esencia.
Por último nos llevan a ver unas cascadas, como siempre los conductores nos dejan tirados y nosotros caminamos por donde parecía que podía ir el camino, menos mal que un par de niños nos hacen de guías. El sitio no está mal pero de las cascadas ni rastro, así que decidimos darnos la vuelta que andar por andar es tontería. La excursión no ha sido nada del otro mundo pero ha estado entretenida y teniendo en cuenta lo que había en el pueblo no teníamos muchas alternativas. Nos dejan en el hotel a las 10.00h, nos duchamos y hacemos un desayuno-comida en el chiringuito que comimos ayer. Allí nos recibe con una sonrisa nuestra simpática amiga. Tenemos mucho apetito así que nos pegamos un buen homenaje (300.000 dong =15€). Vamos al hotel a hacer el check out. Como todavía nos queda tiempo nos vamos con las mochilas al bar de nuestra amiga y, tomamos una birra antes de irnos y nos despedimos. A las 14.00h cogemos el bus (3$ cada uno), tardamos casi una hora en salir del pueblo, ya que tiene un montón de paradas en las zonas de hoteles. El viaje como siempre en este país se hace bastante ameno, el copiloto no tarda mucho en colocar la hamaca y ponerse a sobar. Delante nuestro hay una chinita que se pasa todo el viaje potando, ya casi nos entran ganas a nosotros de verla. Carlos casi desde que salimos se está orinando y parece que va a estallar en cualquier momento, su cara era un poema. Viendo que parece que no había intención de hacer ninguna parada decide levantarse, saltar el obstáculo de la hamaca del copiloto y decirle en perfecto vietnamita que se meaba encima, este le mira con las vacas al tren y sigue sobando por lo que le cuenta la misma historia al piloto, que le echa una sonrisita pero no para. Así que Carlos se pasa unos cuantos kms de pie entre el piloto y la hamaca del copiloto hasta que por fin llega el milagro y para en el arcén. Ahí baja Carlos como un rayo a descargar la vejiga  mientras el resto de pasajeros observamos el acontecimiento como si estuviésemos cronometrando. Sube al bus con cara de satisfacción y continuamos la marcha. Entre unas cosas y otras cuando llegamos a Saigón son las 18:30h. En la parada nos están esperando unos vietnamitas para llevarnos a un motel que habíamos reservado desde Mui ne. El motel en cuestión es bastante cutrecillo, está en un callejón que mete miedo, las habitaciones no tienen ventanas y es bastante claustrofóbico y para colmo nos toca como siempre la planta más alta (5º piso), casi tenemos que hacer campamento base  para atacar la cumbre y lo más gracioso es que nos hacen descalzarnos cada vez que entramos, como si fuésemos a ensuciar algo en la suite, menos mal que al menos está limpio. (16$ la doble). Salimos a reconocer la ciudad, que realmente se llama Ho Chi Minh desde hace años, pero que seguiremos llamando Saigón que me parece más bonito y fácil de pronunciar. Nos sorprende la ciudad, ya que esperábamos encontrarnos una ciudad del estilo de Hanoi, pero nada más lejos de la realidad, es una realidad más moderna y se ve algún que otro destello de europeización, hay grandes edificios y hoteles y hasta locales que se asemejan a los que puede haber en cualquier ciudad europea, pero algunos tampoco vamos a pasarnos. Incluso el caos circulatorio es ligeramente menor que el de Hanoi y no suelen utilizar tanto el claxon como sus compatriotas del norte. Hasta el clima es diferente, las temperaturas son bastante más suaves e incluso cuando llegamos está lloviendo. Después de esta primera impresión, lo primero que hacemos es dirigirnos a una agencia de viajes, por desgracia los días se nos están agotando y no dan para realizar todo lo que teníamos previsto, por más que nos estrujamos la cabeza para intentar cuadrar todo no hay forma, así que tenemos que hacer un cambio en el itinerario. Cancelamos la idea de ir a Camboya, a pesar de que nos apetecía mucho, era un suicidio, nos pasaríamos todo el día de viaje y encima viajes de 24 horas en bus por carreteras nefastas para luego apenas tener un día para ver todo deprisa, así que hacemos lo más inteligente, prolongamos nuestra estancia en Saigón y cogemos vuelo desde Saigón a Bangkok (170$). Cogemos también una excursión por el delta del Mekong de 3 días (2 noches) por 33$ cada uno con desayuno. También cogemos la excursión a los túneles de Cu Chi para mañana (4$ + 4$ entrada). Después de dejar todo atado y ya más tranquilos después de exprimir tantos las neuronas organizando el itinerario, nos vamos a reponer fuerzas. Cenamos en un chiringo al lado, ya que está lloviendo y no es cuestión de ponerse a investigar. Cenamos bien por 415.000 dong, allí coincidimos  con un grupo de valencianos, el chico es un poco chorra y se pasa de listo comprando "María" a un vendedor de guías, me parece un riesgo absurdo que no merece la pena correr en un país como este, por fumar un canuto puedes acabar en una cárcel de mala muerte. Sigue lloviendo así que nos tomamos una birra en un bar cercano. En esta ciudad ya hay pubs más parecidos a los europeos, este se llama Guns & Roses. Estamos un poco cansados, hoy ha tocado madrugón y se nota, así que nos retiramos  a nuestro pedazo hotel. Hacemos cumbre sobre las 23.00h y nos vamos a sobar.

Miércoles 23 de agosto de 2006 (Saigón)

Nos levantamos a las 7.00h. Desayunamos algo en la recepción-comedor del hotel al lado de las zapatillas de los demás huéspedes del hotel, nos ponemos nuestras zapatillas y nos vamos. A las 8.00h viene a recogernos el bus para llevarnos a la excursión  de los túneles de Cu Chi.
El guía parece un auténtico Vietcong en medio de la selva
El guía que nos toca en la excursión es un vietnamita que curiosamente lucho en la guerra con la armada americana en contra de sus compatriotas vietnamitas. Se siente muy arrepentido y resentido con los americanos a pesar de que el tiene la nacionalidad americana. Se muestra muy apasionado en todos sus comentarios, haciendo mucho hincapié en su verdad de la guerra, que por supuesto no tienen nada que ver con la que hemos leído o visto en la tele. A mitad de camino hacemos una parada en un centro de trabajo para discapacitados de la guerra, como consecuencia del orange agent utilizado como arma química en la guerra por los americanos y que se estima  dejó más de 400.000 muertos y mutilados y unos 500.000 niños nacieron con defectos o malformaciones como consecuencia del orange agent. Nos enseñan lo que hacen, son verdaderas obras de arte, aunque la visita tiene un fin comercial, no está de más que veamos que todavía hoy en día hay personas que padecen las consecuencias de aquella guerra. Después de la breve visita seguimos camino y enseguida llegamos a Cu Chi. Allí vemos un video para ponernos en situación de lo que aconteció en la guerra. El comienzo de la visita coincide con la caída de un fuerte chaparrón. Estamos en medio de la selva viendo tanques, restos de bombas y los boquetes producidos por estas y con el sonido de fondo producido por los disparos de los kalashnikov, por lo que no resulta difícil ponerse en la piel de aquella gente, ya solo nos falta que en cualquier momento nos hagan una emboscada los soldados vietnamitas. Nos enseñan como vivían los vietnamitas en los túneles y la verdad es que es increíble la infraestructura que tenían montada, con verdaderas ciudades subterráneas. Vemos las trampas que utilizaban y sobre todo me llama la atención como reciclaban las bombas que les lanzaban los americanos y con ellas construían nuevas bombas, por lo que estamos viendo esta gente de tontos no tenían ni un pelo y ahora es fácil imaginar como minaron la moral de los soldados americanos.
vietnamita entrando en una de las entradas de túnel originariás
Nos enseñan las entradas a los túneles tal y como estaban en su origen, son enanas y cuesta creer que entrasen por ahí, pero es que los vietnamitas son muy pequeños y antes aún lo eran más.Nos llevan a un campo de tiro, donde el que quiera puede disparar con el mítico kalashnikov, por el módico precio de 1€ la bala, aunque nosotros somos de los que pensamos que a las armas mejor no arrimarse que ya se sabe que las carga.... Por fin llega el momento cumbre de la excursión, nos llevan a los túneles, esta es una parte que han acondicionado un poco para que puedan entrar los turistas, son un poco más anchos y grandes, aún así a nosotros nos parecen enanos, tienes que andar en cuclillas, casi de rodillas, encima está todo oscuro y no se ve nada, es un poco claustrofóbico, pero a la vez muy emocionante, no me imagino cómo se podían tirar ahí metidos tanto tiempo. Hacemos un pequeño recorrido pero suficiente para ponernos en situación. Algunos componentes de la expedición tienen algún problemilla, ya que al ser talla XXL entran un poco justos y corren el riesgo de quedarse atascados.
Finalmente todo sale bien y salimos por el túnel los mismos que entramos. Tras la excitante experiencia regresamos a Saigón, llegamos sobre las 14.30h. Ya tenemos apetito así que lo primero que hacemos es buscar un lugar para papear. Encontramos un restaurante grande un poco alejado del centro, es como una cervecera de dos plantas y de los que nos gusta a nosotros, solo hay vietnamitas. Es curioso ver como como en un sitio tan grande prácticamente la totalidad de los que están en el comedor son hombres. Por supuesto aquí las camareras no saben inglés y no hay más remedio que comer con los palillos, aunque a estas alturas esto ya no supone un problema para los experimentados expedicionarios. Comemos muy bien por 300.000 dong, Somos la atracción del restaurante y las camareras se echan unas risas con nosotros al vernos comer con los palillos a nuestro estilo un tanto autodidacta. Después de comer damos un paseo por la ciudad, hace calor pero la temperatura es más agradable que en el norte. Hacemos algunas compras para no perder las buenas costumbres, compramos un poco de todo: camisetas, cafeteras, relojes, trapitos, etc. Parece que nos hemos vuelto compradores compulsivos. Tomamos unas birras para calmarnos un poco en un par de bares muy chulos, tipo pubs, de los que no habíamos visto hasta ahora en todo el país, incluso las chicas visten de una manera más moderna y "provocadora", cosa que agradece la vista.., eso sí los precios siguen siendo vietnamitas, 10.000 dong la birra gigante con tapitas y 4 camareras detrás de ti preocupadas de que no te falte de nada. Se nos ha pasado la tarde casi sin darnos cuenta y ya es hora de cenar.

 Vamos al mismo sitio donde comimos. Ya le habíamos echado el ojo a una culebra y la teníamos sentenciada a muerte. Nada más llegar las camareras ya nos conocen y nos agasajan con su amabilidad y simpatía. Vamos a escoger la serpiente, aquí ya se monta la marimorena!!, a estas alturas ya somos la atracción del restaurante. En lugar de una culebra parece que esté cocodrilo dundee cazando un cocodrilo. Es un espectáculo tanto para nosotros como para el resto de gente del local, la culebra se intenta escapar, la atan, la pesan, es un auténtico ritual. No se si nos gustará pero solo con las risas que nos estamos echando ya merece la pena. Pero lo mejor estaba por llegar, nos sirven el corazón de la culebra que todavía está latiendo, parece que quisiera escapar del plato y con el nos traen una jarra de sangre. Al principio nos da un poco de de reparo, pero al final nos bebemos el chupito de sangre aderezado con licor de arroz que pegaba de lo lindo. Lo del corazón nos parece más heavy y se lo dejamos a un vietnamita de la mesa de al lado, aunque por la cara que pone no parece que esté demasiado bueno. Después nos sirven una bandeja con carne de la culebra troceada con picante y por último nos hacen un hot pot con los trozos más grandes de la culebra cocidos con piel y todo. Sabe como un  pescado, tiene espinas y la carne está un poco más dura. Al final a pesar de que la culebra aquí es un manjar y de que hemos pedido alguna otra cosa, pagamos 300.000 dong, con las birras correspondientes. Somos la atracción del restaurante, parecemos estrellas de cine, las camareras se sacan fotos con nosotros, nos dan sus emails. Nos vamos casi como héroes saludando a los de las otras mesas, que se portan de maravilla con nosotros, son todos muy amables y simpáticos. La experiencia ha sido única y nos lo hemos pasado como enanos, es de esas cosas que solo se viven una vez. Para terminar nos vamos al Guns & Roses a tomar la última, aunque ya no es lo mismo, aquí ya hay turistas. Hoy ha sido un día duro, desde las 8:00h que hemos salido del hotel no hemos parado hasta las 24.00h que regresamos.

Jueves 24 de agosto de 2006 (Saigón-Delta del Mekong)

Nos levantamos a las 6.30h, a las 7.00h vienen a recogernos el bus para ir a la excursión por el delta del Mekong. Nos llevan en bus hasta el embarcadero, allí cogemos una especie de lancha rápida y durante unas horas vamos navegando río arriba hasta llegar a un pueblo pequeño cuyo nombre no recuerdo. El viaje es bastante ameno por las vistas que vamos viendo, aunque la lancha no es demasiado cómoda y llegamos con el trasero un poco tieso. Una vez en el pueblo cogemos un barco más grande, aunque más cutre, parecido al chimbito de bilbao, que nos lleva de visita por varias islas. En la primera isla nos llevan de visita por unas casas típicas de los campesinos de la zona. Nos dan a probar licor de banana, de miel, de serpiente, etc. Todos están bastante malos y empezamos a sospechar que lo que quieren es cocernos para que no nos quejemos de la excursión.
jugándome la vida con un ejemplar letal
También nos dejan ponernos una serpiente alrededor del cuello y sacarnos la típica foto, como si estuviésemos jugándonos la vida, aun cuando la serpiente parece de plástico y ni se inmute, probablemente la soban tantos turistas al cabo del día que ya ni sienten ni padecen. Nos montamos otra vez en el chimbito y enseguida llegamos a una segunda isla. En esta isla toca catar fruta, parecen islas temáticas. Comemos la fruta mientras nos cantan unas mujeres vietnamitas y una niña. Yo no soy muy entendido en música, para eso está en la expedición el jefe de compras de música, pero la cosa no suena muy bien. Esto más que una excursión parece tele tienda, porque lo único que tratan, sin mucho éxito por cierto, es vendernos alguno de sus productos caseros.  Después de la maravillosa actuación de "las supremas de Saigón" nos llevan a una tercera isla. Ya tenemos curiosidad por saber que temática nos toca. Aquí nos enseñan como hacen los lugareños caramelos de coco, como siempre solo vemos a mujeres trabajando, estos vietnamitas si que las tienen bien enseñadas. Que aprovechen que en cualquier momento aparecerá una Cristina Almeida con nombre vietnamita y mucho más flaca (en Vietnam no hay gordas) y se les acaba el "chollo", es lo que tiene el desarrollo. Nos llevan a un restaurante a comer, como estamos en una isla y solo hay este restaurante no tenemos muchas opciones o comemos allí o no comemos. Así que como suponíamos comemos bastante mal y caro (500.000 dong). Después de comer cogemos unas bicis (gratis) y nos vamos a dar un paseo por el pueblo. A las 15.00h regresamos en barco. Luego cogemos un bus. Tras dos horas de trayecto en bus llegamos a un pueblo donde cogemos un ferry que nos lleva hasta Can Tho, la ciudad más poblada del delta del Mekong con más de un millón de habitantes. Por fin llegamos al hotel ya bastante cansado sobre las 19.00h. Es un hotel bastante sencillo, pagamos 5$ de suplemento por el a.a., más que nada por evitar el riesgo de que entre algún mosquito no deseado en nuestra habitación, teniendo en cuenta que es una zona de alto riesgo para la malaria. Vamos a dar una vuelta por la ciudad y cenamos en un restaurante de lujo. Mucho lujo pero de inglés igual que en los cutres, hasta tal punto que no son capaces de entendernos las cervezas frías (cosa de vital importancia) pero como se ríen y dicen sí a todo, lo disimulan muy bien, así que el rubio pasa al plan b, opta por levantarse e ir a la nevera y  coger las cervezas más fresquitas ante la mirada de incredulidad del camarero. Cenamos mucho y bien por 600.000 dong. En este restaurante hay unos niños que no hacen más que ir donde Toño mirarle y reírse, al principio no sabíamos el motivo, aunque tiene cara gracioso no nos parece para tanto, pero el motivo no es otro más que con las barbas que se ha dejado, la calvorota brillante junto con la tolva correspondiente, para los vietnamitas es como un personaje de ficción, lo más parecido que han visto a esto es el happy buda. Damos un paseo y como no vemos nada abierto nos vamos al hotel y nos tomamos una birra en la recepción del hotel. Sobre las 21.00h nos vamos a la habitación. Para no variar nos ha tocado el último piso del hotel y sin ascensor (5ª planta), creo que nos han confundido con los hermanos Iñurrategui (y somos los García) o con una expedición de Al filo de lo imposible, cosa lógica por nuestros cuerpos fibrosos y atléticos. Hoy nos hemos pegado una buena paliza y estamos cansados. La excursión nos está decepcionando un poco, hemos pasado muchas horas de viaje y no hemos visto gran cosa, esperemos que mañana la cosa cambie.
utilizamos barcas de todo tipo y tamaño para desplazarnos por los canales del Mekong


Viernes 25.08.06 (Delta del Mekong)




Nos levantamos a las 6:30h. Hemos descansado y estamos como nuevos. Desayunamos en el hotel (no incluido) y nos vamos. Vamos andando hasta el embarcadero de Can Tho donde nos espera otro barquito.
Mercado flotante del delta del Mekong
Vamos navegando por el delta del Mekong, nos llevan hasta el mercado flotante. Allí nos montamos de ocho en ocho en botes pequeños y nos llevan entre los diferentes barcos, donde vemos como comercian los vietnamitas. Cada barco es de una cosa, uno es el frutero, otro el pescatero , etc, etc. A ambas orillas del río están las casas flotantes, nos llama poderosamente la atención un cerdo atado en una de las casas, como para escaparse... Tras la bonita visita regresamos de nuevo al barco. Nos llevan a ver como hacen el papel de arroz, luego vamos a ver como hacen el arroz.
familia vietnamita regresa a casa con las compras como si viniesen del Eroski
Nos enseñan todo el proceso, es un proceso breve y la máquinas no son muy sofisticadas que se diga. Regresamos en barco a Can Tho y allí nos llevan a todos como corderitos a comer a un restaurante, esta vez tenemos más suerte que ayer y comemos decentemente y más barato (470.000 dong). Comemos en la terraza. Toño se sienta con una pedazo mujer australiana (pedazo por el tamaño no por su belleza) y practica inglés que falta le hace, según cuenta parece que medio Australia es suya, así que toma buena nota de la dirección que la Sra. parece muy amable y poderosa y nos ha invitado a su país y nunca se sabe... Tras la comida damos un paseo por el pueblo, hacemos alguna compra, Carlos como siempre compara guindillas vietnamitas y Toño, Ana y el Rubio compran unos cuadros, igual de bonitos que los de los minusválidos del otro día pero mucho más baratos. A las 14.30h cogemos de nuevo el bus y otra vez paliza de dos horas de viaje. Esta vez el rubio y yo vamos de copilotos y se nos pasa volando, la carretera en este país es muy entretenida y de copiloto ni te cuento... se masca la tragedia.  A las 17.30h paramos en la orilla del río y allí nos espera un barco. Esta vez uno más acorde a nuestro nivel.
hamacas, birras, paisaje idílico, qué más se puede pedir...
Vamos como marqueses, nos acomodamos en las hamacas de la parte de arriba y mientras degustamos una fresquita birra vietnamita, esto es vida!!!. Vamos saludando a todo el mundo desde el barco parecemos los reyes magos o el Athletic de antaño bajando con la gabarra por el Nervión.  Todos los niños corren a la orilla del río para saludarnos y también los mayores, es impresionante lo de esta gente, siempre con una sonrisa en la boca y con esa alegría, no hay ni uno que no nos salude, cuando lo lógico parece lo contrario, puesto que somos nosotros los que nos estamos metiendo en sus casas para perturbarles su intimidad sin que ellos saque nada a cambio.
El tiempo se pasa rápido y empieza a anochecer. Se está de maravilla en la parte de arriba del barco, pero empiezan a aparecer los primeros síntomas de pánico en la expedición, sobre todo en Toño. Con la noche llegan los mosquitos y hay una pequeña estampida a la planta de abajo del barco. Algunos resistimos ya que ni los mosquitos se arriman a nosotros... Cenamos en el barco (28.000 dong + birras aparte). La cena no es gran cosa pero se puede comer. Tras la cena subimos de nuevo a la parte de arriba y disfrutamos del panorama, de noche todo en calma, la temperatura perfecta, es una auténtica gozada. Llegamos a Chau Doc, ciudad de unos 100.000 habitantes que limita con Camboya. Las bajadas del barco cada vez son más complicadas, en esta ocasión es digna de equilibristas y sin red, como para venir un poco mamados.. Llegamos al hotel sobre las 22.00h, está un poco apartado del pueblo, así que nos vamos a la habitación y a descansar.

Sábado 26 de agosto de 2006 (Delta del Mekong-Saigón)

Nos levantamos a las 6.00h y vamos a desayunar una omelette (10.000 dong). Desayunamos todos juntos y eso provoca un caos organizativo que supera a los vietnamitas. A las 7.30h salimos en bus. Nos llevan a ver una pagoda, como siempre nos toca descalzarnos, menos mal que hace calor si no íbamos a coger un gripazo. En esta pagoda hay monjes budistas enclaustrado. Cogemos nuevamente el bus y vamos aun lugar donde nos recogen en unas canoas, montamos dos en cada canoa. Nos llevan remando, casi todos los botes son patroneados por mujeres. Paramos en una piscifactoria flotante, nos enseñan los peces, parecen pirañas, todos locos, unos encima de otros pegándose por la comida. Luego otra vez al bote y otra paradita para ver como tejen las mujeres sus prendas típicas. Ana se compra un fular muy bonito por 70.000 dong. Vamos a ver una mezquita musulmana, es curioso, en este país ya hemos visto todas las religiones, budista, cristiana y ahora la musulmana. Regresamos en canoa y en medio del río nos está esperando nuestro pedazo barco.
joven patrón exhausta al borde del desfallecimiento
Nos despedimos de nuestros patrones, la pobre chica que patroneaba el bote de Toño tendrá que tomarse la tarde libre porque ha tenido que sudar la gota gorda para mover el bote. Nada más subirnos al barco nos vamos a tumbarnos a nuestras hamacas mientras nos tomamos una birra. Al rato se pone a llover y tenemos que ponernos a cubierto. Comemos en el barco, bastante mejor que la cena de ayer, pinchos morunos, etc. Deja de llover y subimos arriba a saborear nuestros últimos momentos en el barco. Llegamos a un punto del río donde nos está esperando el bus-patera en una cuneta de la carretera. Nos toca jornada maratoniana de bus desde las 13.00h hasta las 19.00h. Vamos todos en un minibus cutre. Pasamos dos ferrys. Hacemos una breve parada en un jardín botánico, aunque yo diría jardín a secas y aprovechamos para tomar un refrigerio. El rubio y yo tenemos más suerte, nos toca otra vez de copilotos y nos echamos unas risas con el piloto que es un cachondo. No hablamos el mismo idioma pero enseguida nos entendemos, no hace más que hacerme gestos y vamos vacilando. Se echa unas risas con nosotros porque no hacemos más que gritar uyyyy!!! cada vez que se roza el piñazo. Aprovechamos nuestra privilegiada posición para sacar buenas fotos, con la colaboración de nuestro piloto, con el que hemos llegado a un punto de complicidad tal que es el quién nos avisa cada vez que hay una moto con cerdos a bordo o cualquier otra cosa rara.
furgoneta vietnamita
 Nos hace una señal, reduce la velocidad para que podamos sacar bien la foto y luego nos pide que se la enseñemos y se ríe. Lo dicho un cachondo... La conducción temeraria llega a su momento más crítico cuando un trailer casi nos choca al intentar adelantarle. Tras el momento de acojono lógico seguimos camino. A estas alturas el piloto ya es como de la cuadrilla, le digo que conduzca sin manos, no se corta y ... sin manos!! si total es lo mismo, aquí conduce cada uno por donde le da la gana.
sacando de paseo a la familia...

Por fin llegamos a Saigón, Carlos no ha tenido tanta suerte como nosotros y se le ha hecho el viaje bastante más largo. Iba en la parte de atrás de la patera, hacinado junto a un grupo de franceses. Vamos al Horient hotel. Habíamos reservado el último día, ya que estábamos un poco cansados de escalar. 15$ con desayuno, está mucho mejor que el otro y más céntrico. Dejamos las mochilas y sin más tiempo que perder nos vamos a disfrutar de nuestras últimas horas en Saigón.  Hacemos las últimas compras. Tomamos hai beer ( o como se escriba), la cerveza casera por 7000 dong el litro (0,30€). Está más rica que la que probamos en Hanoi. Nos separamos en dos grupos, Toño, Ana y Agus se van a cenar a un restaurante fino y el resto vamos a cenar a un chiringuito a pie de calle. Cenamos. Tras la cena mientras esperamos a los finolis nos tomamos otro litro de hai beer en el garito de al lado, hay oferta y cuesta 3.500 dong (0,25 €) como sigamos así nos van a pagar a nosotros. Aquí coincidimos con una cuadrilla de adolescentes vietnamitas muy majos, es sábado y han salido a tomar algo. Enseguida nos invitan a tomar algo que estaban picando, hasta los quinceañeros son majos, igualito que en Bilbao. Llegan los demás de cenar, Ana se va al hotel y nos quedamos los machotes a romper la noche vietnamita. Aquí hay garitos chulos, así que nos tomamos unas cuantas birras en varios pubs de la misma calle. Nos vamos al hotel pasada la 1.00h que en este país ya es una hora bastante golfa.

Domingo 27 de agosto de 2006 (Saigón-Bangkok)

Nos levantamos a las 7:30h. Bajamos a desayunar al comedor del hotel (incluido). Después del desayuno cogemos un par de taxis (6$ cada uno) y nos vamos al aeropuerto. Gastamos los últimos dong que nos quedan antes de irnos. Aquí los precios ya son como en todos los aeropuertos, muy caros y casi nos cuesta lo mismo una cerveza como la cena del día anterior. El avión sale a las 12.30h. Es un vuelo muy corto y se nos pasa enseguida. Tras una hora y media de vuelo llegamos a Bangkok pasadas las dos de la tarde. En el aeropuerto cogemos un furgón taxi que nos lleva al hotel por 1000 baht (20€). Nos parece barato teniendo en cuenta que el aeropuerto se encuentra bastante lejos de la ciudad. Cogemos una autopista y se nos hace extraño la circulación por Bangkok después de tanto tiempo viendo el caos circulatorio de Vietnam. Aquí nos topamos con una manera de conducir occidental, con autopistas, normas de circulación que se respetan y de repente han desaparecido de nuestra vista las motos, aquí apenas hay. Por la autopista cogemos una velocidad alta, cosa que en Vietnam era imposible, así que a pesar de estar lejos llegamos rápido al hotel. el hotel está bastante céntrico, aunque la entrada es por un callejón que no hace presagiar lo que nos íbamos a encontrar... un pedazo hotel. Las habitaciones parecen suites, con salón, cocina y una habitación gigante. El hotel tiene jacuzzi, piscina, gimnasio, etc. Un lujo perfecto para poner el punto final a nuestro viaje por Asia. Dejamos las mochilas en las habitaciones y nos vamos rápido a conocer la ciudad. Cogemos dos motocarros por 20 baht que supuestamente nos iban a dar una vuelta por la ciudad.


Nos echamos unas risas con la persecución por las calles de Bangkok con esos cacharros que meten un ruido ensordecedor y parece que van a estallar en cualquier momento. Como ya nos imaginábamos lo único que pretenden es llevarnos a las tiendas de sus colegas a vendernos ropa y joyas a preciso bastante altos. A pesar de que ya sabíamos de qué iba la historia porque lo habíamos leído en internet, después de la segunda parada les decimos que damos por concluida la excursión, les damos las gracias y nos vamos caminando por nuestra cuenta. Tomamos la primera birra en una terraza y nos damos cuenta de que se nos acabó el chollo vietnamita, aquí los precios son occidentales, 80 baht la birra (1,60€). Cogemos un par de taxis para que nos lleven al centro ya que con las persecuciones con motocarrro nos hemos desorientado y no sabemos ni donde estamos. Aquí empezamos a flipar con lo torpes que son los taxistas en este país. A pesar de que el sitio al que vamos es el más céntrico de la ciudad y se lo enseñamos en un mapa no saben llevarnos, tampoco saben inglés y creo que tampoco saben leer si no está escrito en su idioma. Así que acabamos por mandarles parar en un sitio que nos parecía céntrico. Vamos a dar una vuelta por Suam Lum night bazzar. Está lleno de chiringuitos y por supuesto no nos podemos reprimir y hacemos nuestras primeras compras. Después vamos a cenar a una especie de cervecera al aire libre que se encuentra al lado. Cenamos muy bien por 600 baht (12€ todos). Después de cenar decidimos volver caminando a pesar de que está un poco lejos, no nos volvemos a arriesgar a acoger un taxi. Paseamos por el centro, está todo lleno de chiringuitos a ambos lados de la calle, hay cientos, ya me duele la cabeza de tanto mirar. Sin pretenderlo, cuando nos queremos dar cuenta estamos metidos en la "calle del sexo". Aunque es muy tentador damos una vuelta para ver el ambientillo y seguimos camino. Llegamos al hotel a las 22.00h. Estamos hechos polvo, hemos estado toda la tarde paseando sin parar, así que vamos a nuestras suites a descansar. Nos acostamos sobre las 24.00h.

Lunes 28 de agosto de 2006 (Saigón-Bangkok)

Nos levantamos a las 7.00h y bajamos a desayunar el buffet  del hotel para reponer fuerzas. Hoy nos sorprende ver a todo el mundo vestido de amarillo, al parecer es el 70 aniversario del rey de Tailandia (en este país son todos muy monárquicos) y parece que es la forma de mostrar su apoyo al monarca. Cogemos un par de taxis y nos vamos a Wat Pho.
en Wat Pho nos hartamos de ver pagodas
 Los taxis nos llevan a la otra punta de la ciudad, a pesar de darles mil explicaciones y de ser el sitio más visitado de la ciudad, cuando nos bajamos vemos que este lugar no es el que buscábamos. Cogemos otros dos taxis, se lo volvemos a explicar todo y rezamos para que esta vez nos toque algún taxista más espabilado. Efectivamente hemos tenido suerte y nos ha tocado el más espabilado, nos ha llevado dando una vuelta de media hora por la ciudad, pero como no conocemos no nos damos cuenta hasta que los que iban en le otro taxi nos dicen que llevan media hora esperándonos. Menos mal que los taxis son baratos, con timo incluido nos sale 120 bats (2€) porque en esta ciudad coger un taxi es un verdadero calvario. Por fin hemos llegado a Wat Pho, hace mucho calor. Esto es muy bonito, pero es todo muy parecido, pagodas y más pagodas y encima hay que descalzarse todo el rato para entrar, si lo llego a saber traigo chancletas!!.
Vemos al Buda tumbado que se nos hace conocido, se parece un poco a uno de los componentes de la expedición... Después de la obligada visita cultura nos toca volver a coger un taxi, ya tenemos un trauma  y cada vez que oímos la palabra taxi nos ponemos malos. Pero en esta ocasión hemos tenido suerte, hemos encontrado uno listo, le hemos dicho al otro que le siga y aunque parezca raro, nos han llevado al lugar que les hemos indicado. Tomamos algo mientras esperamos a que vengan a recogernos a las 24.00h para realizar una excursión por los canales (660 bath cada uno = 12€). Cogemos un barco que nos lleva a través de los diferentes canales. No es nada del otro mundo pero había que verlo. Lo que ocurre es que después de todo lo que hemos visto en Vietnam estos canales nos saben a poco. Luego nos montan en otro barco donde nos dan algo de fruta para comer y una bebida.  A las 17.00h regresamos al hotel.
Desenfreno en el jacuzzi....
Nos metemos en el jacuzzi y vivimos el momento gay de las vacaciones. Nos metemos los 5 en el jacuzzi. La escena es de lo más romántica, los 5 en el jacuzzi rodeados de burbujitas, tomándonos una birra y con las vistas de Bangkok de fondo, justo lo que toda persona que viene a la ciudad del sexo puede soñar. Después de este momento de pasión y desenfreno vamos un rato al gimnasio a hacer un poco el ganso con todas las máquinas que podemos. Salimos a dar una vuelta por la ciudad. Cenamos en un restaurante italiano muy fino. Nos pegamos un buen homenaje por 2000 bath (40€ todos). Después de la cena vamos a dar un paseo por la ciudad. No podemos resistirnos y acabamos en la zona golfa. Tomamos una birra en un garito donde hay muchas chicas guapas y no sé por que pero tenemos la sensación de que aquí no sería difícil ligar. Mientras tomamos la cerveza vemos en primera fila un par de combates de Thai boxing, uno de chicas y otro de chicos. Es impresionante ver como se zurran de lo lindo, estamos tan cerca que nos salpican cuando se pegan. Después del espectáculo decidimos regresar al hotel y evitar tentaciones. Vamos paseando y alucinamos, entre los cientos de chiringuitos hay un elefante gigante, como si fuese lo más normal del mundo. Llegamos al hotel a la 1.00h y nos vamos a descansar a nuestras respectivas suites.

Martes 29 de agosto de 2006 (Bangkok)

Nos levantamos a las 8.00h. Desayunamos fuerte y salimos de compras. Hoy hacemos compras a lo bestia, relojes de 6 en 6, Lacoste, etc. Se nos han pasado las horas sin darnos cuenta. Regresamos andando al hotel sobre las 16.30h. Dejamos las compras y a Ana en el hotel y nos vamos los 5 machotes a ver Thai Boxing.
los señores marqueses en el sitio vip
Cogemos dos taxis y nos vamos al Lupinee boxing . Por 2000 baht cada uno (40€) compramos las mejores localidades, en primera fila, como los capos. Antes de entrar comemos algo y regresamos al estadio. El ambiente es impresionante, algo que hay que ver aunque solo sea una vez en la vida. Hay unas pocas sillas alrededor del ring y el resto de la gente está en los fondos.  Es espectacular ver como viven los combates, corean cada golpe por leve que sea. Cada uno grita de una en función de si da uno el golpe u otro, como los romanos jaleaban a los esclavos cuando luchaban en los anfiteatros con los leones, tratando de animar a su luchador y de influir en el árbitro, ya que hay muchas apuesta. En las esquinas del cuadrilátero se sitúan, familiares, entrenadores y allegados de cada luchador y estos si que lo viven con tensión y nerviosismo y no es para menos porque se meten unas patadas y rodillazos que no sé como pueden aguantar. Mientras tanto nosotros ahí estamos en medio del meollo, con nuestra cervecita, sentados cómodamente y disfrutando del espectáculo.
Combate estelar, Toño Mano de piedra contra el poni de Zorroza
Como el estadio es bastante vetusto utilizan como vestuario un espacio libre que hay cercad de los baños. Vemos todo el ritual, como se visten antes de salir al combate y sobre todo como los espabilan después del combate. De lo machacados que llegan tanto el ganador como el perdedor, les tiran baldes de hielo por todo el cuerpo. Pero no sé por qué me da que estos estarán un par de días sin poder moverse. Estamos un montón de horas viendo combates, pero se nos pasa volando. Cuando terminan las peleas está lloviendo, así que cogemos dos taxis. Ahora ya conocemos un poco la ciudad y les tenemos que guiar nosotros por el camino que deben seguir. Esto es de lo más torpe que he visto en mi vida. Llegamos al hotel pasadas las doce. Está lloviendo y no apetece salir a dar una vuelta con este tiempo, así que a descansar...

Miércoles 30 de agosto de 2006 (Bangkok)

Nos levantamos a las 7:30h, desayunamos el bufette del hotel y subimos a preparar nuestras mochilas. Subo un rato al gimnasio a quitar el mono y corro un rato en la cinta. Hacemos el chek out a las 12.00h y dejamos allí las mochilas. Es nuestro último día en la ciudad y hemos reservado para hoy un momento de relax. Vamos a hacernos uno de esos masajes tan famosos en esta ciudad. Por 500 baht (10€) cada uno. Mientras esperamos nos dan agua/te para beber. Luego subimos, cada uno nos metemos en una habitación, una duchita y ... la gloria!!. Todo a oscuras, con música oriental de fondo, una sensación de paz absoluta y encima de ti una Tailandesa frotándote suavemente con las manos untadas en mejunje todas las partes del cuerpo (bueno casi todas) durante una hora. Carlos ha tenido un pequeño mal entendido con el idioma y se ha desprendido rápidamente de los gallumbos al oir a la tailandesa decir "Take out", que no se diga que no estamos predispuestos. Tras otra duchita salimos de allí como nuevos, como si nos hubiesen cargado las pilas. Una pena que no tengamos algo así en Bilbao por este precio, porque esto es para hacerlo una vez a la semana. Después de nuestra fantástica y relajante  experiencia nos vamos a realizar nuestras últimas compras.Hacemos una parada para comer unas pizzas en un centro comercial . Damos la última vuelta por los chiringuitos a pie de calle y gastamos los últimos baht. Toño se compra un kit completo de Thai boxing y casi lo estrena con un compañero de trabajo que deambulaba solo por las calles de Bangkok, ante la cara de perplejidad del pobre hombre que no daba crédito a lo que estaba viendo. Nuestra estancia en esta ciudad está apunto de finalizar y ya hemos tenido tiempo para darnos cuenta de una cosa, y es que en Bangkok el índice de afeminados es muy superior a la media, por lo que hemont  llegado a una conclusión, creemos que este puede ser el motivo por el que existen tantas mujeres que se dedican a la profesión más antigua del mundo, es decir, que el número de pilinguis es directamente proporcional al número de marifloros por m2.  A las 20.00h regresamos al hotel, cogemos las mochilas y nos vamos en dos taxis (400 baht cada uno) hasta el aeropuerto, previamente hemos cerrado el precio con ellos (peaje de autopista incluido) para evitar malos entendidos. Una vez en el aeropuerto hacemos los trámites de rigor, esta vez un poco más exhaustivos de lo normal, ya que al ir vía Londres y después del reciente intento de atentado que ha habido en esta ciudad, las medidas de seguridad se han extremado.  Al registrarnos el equipaje de mano el empleado de seguridad flipa al ver la mochila de Carlos llena de guindillas. El avión sale puntual a las 00.45h. Tras once horas de vuelo llegamos a Londres a las 7.hh.

Jueves 31 de agosto de 1996 (Londres-Bilbao)

Una vez llegamos a Londres tenemos que pasar unos rigurosos controles. Después cogemos el metro y nos vamos a Londres a dar una vuelta a la zona de Covent Garden. Nos damos cuenta de la cruda realidad y nos gastamos más en unas horas en Londres de lo que hubiésemos gastado en Vietnam en varios días. Como parece que no hemos tenido bastante durante este mes, vamos a comer al barrio chino. Después nos tomamos unas pintas y regresamos en metro al aeropuerto. Tras una hora y media de vuelo llegamos al bocho a las 20.00h dando por concluida nuestra maravillosa aventura por el lejano oriente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario