miércoles, 10 de enero de 2018

MARATÓN DE JAMAICA

MARATÓN JAMAICA 02/12/2017





Emprendemos una nueva aventura y en este caso un nuevo reto, disputar la que será la 49 maratón en un país singular, el destino elegido es nada más y nada menos que la bonita isla caribeña de Jamaica, donde nos dispondremos a correr el llamado Reggae Maratón. Sin duda una excusa perfecta para escaparnos del frío y lluvioso invierno bilbaino y disfrutar de las paradisíacas playas y el espectacular clima de la isla.

Llegamos a nuestro hotel, el Club Riu Negril el día 30 a la noche, sin mucho tiempo para adaptarnos al horario y clima de la isla. Casi sin dormir debido al jet lag el viernes 1 de diciembre nos dirigimos a la "feria del corredor" ubicada muy cerca de la salida. Lo de feria del corredor es un decir, porque no hay absolutamente nada, es más, tenemos que irnos a la playita y regresar más tarde porque hasta las 13.30h. no abren. Recogemos el dorsal y una camiseta de algodón roja muy llamativa y listo, es todo. No muy generosos si tenemos en cuenta que la inscripción ha costado 100€. 

El día 2, llega el gran día, madrugón de los buenos y sobre las 4 e la mañana cojo un minibus que sale desde nuestro hotel hasta el lugar de la salida, ubicado a unos 6 km. del hotel, en plena playa de Seven Miles. Aunque es de noche, ya hace calor. Estoy mentalizado de que hoy sin duda será un maratón en el que obviamente hay que olvidarse del reloj y seguramente tocará sufrir debido a las altas temperaturas y sobre todo a la altísima humedad. Aunque no me pilla de nuevas, ya que en Camboya corrí en condiciones similares, esto lejos de tranquilizarme, hace que me preocupe más, al ser muy consciente de la dificultad que conlleva correr en estas condiciones. 

La salida se da a las 5.30h de la mañana, es noche totalmente cerrada y hay un ambientazo tremendo. cerca de 3.000 personas, entre los que corren las carreras de 10 kms., la media maratón y el maratón. Aunque el nombre de la carrera es Reggae Maratón, la verdad es que los que corremos esta distancia somos los raros y no llegaríamos ni a 200.

Con música ensordecedora a todo volumen se da la salida a la hora prevista, en mi vida he visto bafles tan grandes como los que hay aquí, estos si que no tienen restricciones con los decibelios y a estas horas ya no quedará nadie despierto en 10 kms. a la redonda. 

Enseguida me doy cuenta que esto más que un maratón parece la romería del Rocío, hay cientos y cientos de personas que van andando ya desde la salida y eso que la mayoría corren la carrera de 10 kms. Las figuras de las atletas no son las típicas que se ven habitualmente en un maratón y hay algunas corredoras de color que tienen un trasero de dimensiones gigantescas. Hay ratos en los que me entra la risa, ya que durante estos primeros kms. que es todavía de noche, la carrera transcurre por la carretera que va paralela a la playa de Seven Miles, en la que no hay iluminación en muchos tramos y hay veces que tengo que ir concentrado porque al estar a oscuras y haber tantos corredores negros, casi casi no les ves hasta que estás a su altura. 

Poco a poco van pasando los kms.,  hay avituallamientos cada pocos kms. pero con una novedad para mí, en lugar de ser en botellas o en vasos se sirve en bolsas de plástico, lo que para mí es un pequeño inconveniente. 

Sobre las 7 de mañana ya comienza a asomar el sol y desde este momento ya empieza a calentar de lo lindo, sube la temperatura y comienza lo bueno de verdad, que pena no haber salido una horita antes. El recorrido es bastante monótono, carrera paralela a la playa con giro cada 10 kms. y vuelta a empezar.

Me encuentro con dos chicos de Valencia que viven y trabajan en Jamacica,  con los que voy hablando unos cuantos kilómetros. Cuando llego a la media maratón casi no puedo ni pasar, están llegando cientos de personas que corren la carrera de 10kms., esto es la prueba evidente de que esto es una romería más que una carrera, a qué ritmo corren para que yo que voy corriendo tranquilo sabiendo que es una carrera complicada llegue al km. 21 antes que la mayoría de los corredores que corren los 10 kms.

a partir de este momento ya prácticamente corro solo, nos quedamos solo los raros del maratón, aunque realmente es cuando por primera vez tengo la sensación de estar corriendo una carrera de verdad. Apenas me cruzo en algunos de los giros con 4 o 5 corredores. Van pasando los kms. y poco a poco empieza a acusarse el calor.

Sobre el km. 28 llega Iñigo que me acompañará hasta el final del maratón. Al poco de llegar Iñigo comienzo a notar un bajonazo, a pesar de que adelanto la toma de los geles, veo que me estoy quedando sin fuerzas y el ritmo que hasta ahora era muy cómodo comienza a bajar y los kms. pasan más lentamente. En esos momentos y con la experiencia que tengo ya soy consciente de que hoy sin duda tocará sufrir y de lo lindo. Menos mal que Iñigo me sirve de mucha ayuda, me va dando agua, incluso a veces se adelanta corriendo para traérmela porque con este calor es indispensable aunque solo sea para refrescarse. Cada vez el ritmo va cayendo de forma más acusada, hasta que a falta de 6 o 7 kms. ya no puedo más y directamente tengo que parar, literalmente me encuentro vacío, no tengo fuerzas casi ni para caminar, algo he hecho mal y tengo síntomas evidentes de una deshidratación de caballo. Creo que al beber en bolsas, no he calculado bien y he bebido mucho menos que si hubiese bebido en vasos o en botella.

Estos últimos kms. se me hacen eternos, voy caminando y parando cada vez que hay agua para beber  y echarme agua por todos los lados, pero ya es tarde, ya nada se puede hacer, salvo llegar como pueda. Para más INRI a falta de 5kms. paso por delante de la puerta de nuestro hotel, iba muerto y lo único que me pedía el cuerpo era quedarme en el hotel y meterme en la piscina a beber zumos y agua. Sigo adelante con el apoyo de Iñigo y ahora si, yo soy un Jamaicano más haciendo también la romería del Rocío. En estos últimos kms. me pasan unos cuantos corredores y a pesar del calvario llego a la meta en 4.05. 17 en el puesto 28 de unos 150 llegados en le maratón. Una pena porque si no fuese por la deshidratación creo que hubiese entrado entre los 10 primeros.

Pero lo importante es que sumo otro maratón más y ya van 49 y sacando las poquitas fuerzas que me quedan hago la pose del jamaicano más ilustre, Usain Bolt y me planto en la meta con la mejor de mis sonrisas.

Aunque a mi normalmente me gusta correr solo el maratón, tengo que agradecer a Iñigo su ayuda, creo que hoy si no es por el no hubiese llegado, Gracias Iñigo!!

Ahora a disfrutar de la playita y como dicen aquí JAMAICA NO PROBLEM!