martes, 1 de septiembre de 2015

MARATÓN DE CAMBOYA 09/08/2015





Por esas casualidades de la vida o por la deformación de maratoniano que llevo de serie, sin haberlo pretendido nos encontramos en pleno mes de agosto corriendo el maratón de Camboya. Cuando ya teníamos planificado nuestro viaje para este verano por diferentes países del este asiático, curioseando en internet descubro con gran asombro que el día 09/08/15 se correrá el segundo maratón de Camboya. Casualmente nosotros estaremos en este país desde el 08 al 10 de agosto así que ya tenemos maratón!!.

Desde el principio sabía que este sin duda sería un maratón diferente a todos los que he corrido anteriormente. A las 3:30 viene  a recogernos al hotel un Tuk Tuk para llevarnos a la salida del maratón ubicada en las inmediaciones de los templos de Angkor, la verdad es que el medio de transporte elegido es de lo más original. Allí llegamos Javi y yo poco antes de darse la salida, a una carretera en la que más que ver intuimos a unos centenares de corredores. Es noche cerrada y la iluminación brilla por su ausencia. Para nuestra sorpresa hay bastante más gente de la esperada, superando los 500 corredores, más por ejemplo que en el maratón nocturno de Bilbao.

Parece que los organizadores tienen prisa y se da la salida 5 minutos antes de lo previsto, a las 4:25h. A partir de aquí nuestra única preocupación es no caernos, es de noche y no hay iluminación, por suerte en la parte inicial del recorrido se corre sobre una carretera asfaltada, aunque hay que estar atento donde se pisa, ya que los bordes de la carretera son de tierra y con diferente nivel, lo que hace muy fácil una caída.  Tal y como estaba previsto la temperatura es muy elevada y la humedad ronda el 90%, las condiciones ideales para correr un maratón... Javi y yo salimos muy tranquilos charlando y poco a poco vamos adelantando a muchos corredores, sobre todo para poder correr tranquilos y evitar posibles caídas. La primera hora y cuarto transcurre por carreteras de los alrededores de Angkor a oscuras, únicamente iluminadas de vez en cuando por las linternas de algún policía. Una vez amanece la carrera se hace más amena y también más relajada al no tener que estar tan pendiente de donde pisamos. Durante toda la carrera no paramos de sudar abundantemente, la temperatura es tan alta, que una cápsula de sales que tenía en el bolsillo, antes de la salida ya se había derretido completamente. Por suerte la organización ha estado a la altura y hay avituallamiento líquido prácticamente cada kilómetro y en muchos de ellos también además de agua hay bebidas isotónicas. A diferencia de cualquier otro maratón aquí bebemos en cada avituallamiento, es tanto el líquido que perdemos sudando que todo lo que bebamos es poco. Hasta la media maratón Javi y yo vamos charlando y disfrutando del bonito paisaje, viendo amanecer en un entorno privilegiado. A partir de la media maratón la temperatura y humedad van haciendo mella, aunque en gran medida se compensa con los numerosos niños que nos animan a ambos lados de la carretera con la mejor de sus sonrisas, todos están uniformados con pantalón o falda negro y camisa blanca, a pesar de ser domingo van todos iguales, supongo que será el uniforme que llevan habitualmente al colegio. Es increíble ver la cara de felicidad que tienen todos y cada uno de ellos, a pesar de que ya el cansancio se va haciendo notar no podemos evitar chocar la mano a muchos de los niños que tienden la suya esperando con cierto nerviosismo que choquemos nuestras manos y respondiendo con gritos y sonrisas de complicidad, solo por eso ya ha merecido la pena correr este maratón. A partir del km. 25 Javi se empieza a encontrar más fatigado y se queda atrás, yo sigo a mi ritmo, ya se sabe que en esto del maratón de poco sirve ir acompañado, cada uno tiene su propia carrera. El final el maratón transcurre entre algunos de los templos, con un paisaje increíble rodeado de de árboles milenarios, incluso algún elefante. A estas alturas ya nos hemos mezclado con corredores de otras distancias (medio maratón, 10 km. y 5 km.), dando más ambiente a la carrera, aunque yo no soy muy partidario de estas mezclas. Los últimos kms. aunque son los más duros, sin duda también son los más bonitos, pasando bajo un par de puertas de entrada a los templos, mientras los turistas más madrugadores nos miran sorprendidos. Las altas temperaturas y la deshidratación hacen que los problemas musculares aparezcan, pero finalmente termino con un tiempo más que digno de 3:57:34 teniendo en cuenta las duras condiciones en las que se corre este maratón, terminando el 38 en la clasificación de casi 500 llegados, y primer español (solo corríamos 3), algo anecdótico pero que no creo que pueda decir en ninguna otra carrera. Javi llega unos minutos más tarde pero también con el objetivo cumplido con creces. Sin duda un gran maratón para el que quiera vivir una carrera diferente y olvidarse del cronómetro.